La vergüenza es un sentimiento que casi todo el mundo puede experimentar en determinadas circunstancias. Algunos se avergüenzan de ser talentosos, otros tienen éxito, pero lo peor es cuando una persona se avergüenza de sus acciones o éxito.
Las religiones afirman que la vergüenza es un sentimiento beneficioso. Le permite no violar las normas sociales, preserva el alma de una persona. Pero la vergüenza ejerce demasiada presión sobre algunos y apenas afecta a otros. Sin embargo, es solo una emoción y se puede controlar.
Vergüenza por lo que hiciste
Sucede que una persona ha hecho algo de lo que se avergüenza. Esta es una situación común, y aunque quieras esconderte, no pienses que solo tú estabas en tales circunstancias. Si existe la oportunidad de arreglar algo, hágalo. Una buena forma es disculparse con los presentes si has hecho algo mal. Si simplemente pareces ridículo, hazlo en broma.
No es necesario que deje de comunicarse con las personas que presenciaron lo que sucedió. Es mejor explicarles que sientes que eres desagradable. La mayoría de las personas que conoce pueden comprender lo que sucedió. Solo es importante transmitir tu visión.
Es una muy buena práctica mirar el evento desde un ángulo diferente. Si todo le parece terrible, intente ver cómo se ve desde el lado de los demás. Siempre hay varios puntos de vista. Elija uno que sea menos doloroso y apéguese a él.
Autovergüenza
El sentimiento más duro es la vergüenza de uno mismo. No por acciones, sino por el hecho de que algo anda mal en apariencia, estatus social o situación financiera. Algunos se avergüenzan de caminar con ropa arrugada, otros no pueden viajar en autobús y otros se avergüenzan de su peso o apariencia. La formación de muchos complejos está asociada con la vergüenza, pero este es un sentimiento limitante innecesario del que vale la pena deshacerse.
Si no te agradas, es hora de aceptarte. Todos deberían amarse a sí mismos, porque no hay personas ideales. Cada uno tiene sus propias ventajas y desventajas. Uno debe estar orgulloso de lo que la vida ha dado y regocijarse en lo que es. Después de todo, debido a la vergüenza, se hacen muchas cosas estúpidas y mucho de lo que debería haberse hecho nunca se hace. Ser uno mismo. Inusual, la individualidad no es una vergüenza, debes aprender a estar orgulloso de ella.
La vergüenza es a veces un buen incentivo. Al tratar de cambiar los parámetros para los que es inconveniente, una persona cambia para mejorar, se esfuerza por mejorar. Pero al mismo tiempo, es importante no ir en contra de tus deseos, no romper tu yo interior para complacer a los demás, sino solo para enfatizar tus méritos.
Es difícil lidiar con la vergüenza, si este sentimiento no te permite dormir bien, busca un buen consejero. Varias sesiones de comunicación con un especialista te ayudarán a sentirte mejor.