Todos confiamos en alguien. Creemos en algo. Y aunque algunas personas argumentan que no se puede confiar, hay muchos más crédulos. Y aquellos que están en la oposición simplemente han sido engañados o traicionados en algún momento. Una vida en la que no hay lugar para la confianza no tiene sentido, porque creer en algo nos da fuerza no solo para la existencia, sino también para un mayor desarrollo.
Necesario
- - El libro "Trust", F. Fukuyama, 2006;
- - Consulta con un psicólogo.
Instrucciones
Paso 1
No tenga miedo al riesgo y la pérdida. Una persona que tiene miedo de correr riesgos nunca confiará. Necesita aprender a aprender de experiencias negativas anteriores relacionadas con la confianza. Analice situaciones en las que confió en alguien y fue engañado, saque conclusiones y siga adelante. Sí, puede que te traicionen más de una vez, pero el riesgo que corres, confiando a la gente tus secretos y diseños, al final, siempre estará justificado.
Paso 2
No te aferres al pasado, especialmente al pasado negativo, de lo contrario el miedo a la confianza no te permitirá desarrollarte. Deje en el pasado todas sus conexiones y relaciones antiguas. Incluso puede tener la necesidad de "tirar" todo el negativo acumulado. Este arrebato le permitirá ver la situación desde un lado positivo y diferente. No se sienta una víctima en todos los sentidos. Piense en cómo sería mejor reaccionar ante tal o cual evento, qué medidas tomar, a quién acudir en busca de apoyo o ayuda.
Paso 3
No dude en ponerse en contacto con psicólogos. Pruébelo y se sorprenderá de los resultados. Muchos ni siquiera lo adivinan, pero la mayoría de nuestros problemas y experiencias provienen de nuestra infancia. Un ejemplo particularmente sorprendente de retraimiento, agresividad o miedo puede ser el divorcio de tus padres, que experimentaste cuando eras niño. Intentaste mejorar las relaciones con ambos padres, pero no fue posible porque los percibiste de forma agresiva. Las experiencias de la infancia, como saber que tus padres te han abandonado, se convierten en grandes problemas a la edad en la que quizás ya te conviertas en padres. Un psicólogo lo ayudará a encontrar las verdaderas causas de sus problemas. Quizás necesitará volver mentalmente al pasado y tomar una decisión completamente diferente allí, de la que dependerá mucho en su presente, la vida de hoy.