Muy a menudo, una conversación ordinaria se convierte sin problemas en un flujo continuo de reproches e inyecciones mutuas. ¿Cómo evitar esto y encontrar las palabras adecuadas durante el diálogo?
Lo más importante al comunicarse con dos personas es poder expresar claramente su pensamiento. Muy a menudo simplemente "echamos agua", hablando extensamente de todo, excepto de lo que estamos sintiendo en ese momento. Y al final, cuando volcamos sobre el interlocutor todo lo que hemos acumulado, simplemente se pierde y no sabe qué contestarle, qué contestar y si vale la pena hacerlo. A menudo, simplemente comienza a defenderse, acusándolo a usted también, en respuesta a sus acusaciones y, como resultado, un diálogo constructivo no funciona.
Para explicarle a la persona lo más clara y exactamente posible lo que quiere de él, guíese por estas cuatro reglas.
1. Observe los hechos con una mente abierta
A menudo vemos en el comportamiento de otra persona algo muy diferente de lo que realmente existe. Por ejemplo, la tardanza constante puede ser una evidencia de falta de respeto hacia nosotros, los platos sucios después de la cena pueden ser un signo de pereza, etc. Por eso es necesario aprender a mirar las cosas sin juzgarlas. Deje que los platos sin lavar signifiquen exactamente platos sin lavar para usted, y no una excusa para castigar a su esposo por un ataque recurrente de pereza.
Aprender a no evaluar situaciones es muy, muy difícil. Es importante recordar que cada vez que lo etiquetamos y lo expresamos abiertamente, hacemos que la otra persona quiera defenderse de nosotros. Por eso a menudo suena una frase áspera y dura en respuesta. Intente reemplazar la acusación con una simple declaración de hechos. Por ejemplo, en lugar de: "¡Siempre llegas tarde!" - diga: "Llegas tarde otra vez" - y espera la reacción. No será fácil la primera vez, pero te acostumbrarás con el tiempo.
2. No tenga miedo de confesar sus sentimientos
Escucharte a ti mismo. ¿Por qué estas acciones de tu interlocutor te lastiman, provocando un eco tan emotivo? Al responder a esta pregunta, podrá controlarse mejor durante la conversación y, al mismo tiempo, comprenderá por qué reacciona tan dolorosamente a la ropa que ha dejado en la silla, aunque, de hecho, este es un detalle insignificante.
Al escucharnos a nosotros mismos y reconocer nuestra vulnerabilidad, también reconocemos la vulnerabilidad de los demás. Nos resultará más fácil comunicarnos con una persona si la identificamos con nosotros mismos y admitimos que tampoco es una máquina desprovista de sentimientos. Solo conociéndonos a nosotros mismos conocemos a los demás.
3. Aprenda a expresar sus necesidades
Habiendo lidiado con los sentimientos, debe continuar investigando aún más profundamente. ¿Qué necesidades específicas han dado vida a estas emociones? Como regla general, todos tienen el mismo conjunto básico (ver la pirámide de Maslow). Así, al protestar contra la constante tardanza de su marido, la esposa demuestra la necesidad de tener confianza en él y poder confiar en él. La comunicación sin agresión siempre comienza con tus propias necesidades.
4. Sea claro acerca de sus solicitudes
Al denunciar su necesidad de palabras, trate de no usar lenguaje negativo, aún así no funcionarán. En cambio, pídale algo a la otra persona de una manera positiva. No olvide comprobar si se le ha entendido correctamente. Para ello, pídale al interlocutor que reformule su solicitud de la manera que él la entendió. Lamentablemente, muchas veces lo que decimos y lo que escucha nuestro interlocutor no coincide, por eso es muy importante "establecer contacto" constantemente y estar en la misma onda entre nosotros.