Conocer gente nueva a veces genera inseguridad y miedo, independientemente de quiénes sean estas personas: padres de la otra mitad, nuevos colegas en el trabajo o simplemente la persona que te interesa. Estos miedos se pueden superar, y luego las reuniones diarias con extraños generarán emociones positivas.
Instrucciones
Paso 1
Sintonice la comunicación. Es para la comunicación y no para el conocimiento. Imagine que ya ha hablado con la persona que le interesa y ahora ha tenido lugar su nueva reunión. Piensa en un diálogo que ya hayas tenido, dota a la persona de algunas cualidades, deja que tu juicio resulte erróneo en el futuro. Recuerde cómo era en la infancia: por primera vez, al niño le da vergüenza hablar, pero tan pronto como se rompe la barrera, llama amigo al nuevo rostro. Imagina que esta línea ya se ha roto, y frente a ti está tu amigo.
Paso 2
Recuerde, no está perdiendo nada. Antes de acercarse a reunirse, evalúe la situación. Ahí estás tú. Si se acerca a una persona que le interesa, es posible que haya dos de ustedes. Lo peor que le puede pasar a un conocido fallido es que te consideren extraño o excéntrico. Este pensamiento permanecerá contigo durante varias horas o días, y luego se olvidará. Si comienza un conocido, entonces es muy posible que adquiera un amigo o alguien más en la vida. En el corazón del miedo está el miedo al rechazo, si lo enfrentas, será mucho más fácil para ti.
Paso 3
No pienses mucho en si vale la pena conocer a una persona o no. Cuanto más especula sobre este tema, más dudas tienes al respecto y más inseguro de ti mismo. Incluso en el caso de que durante mucho tiempo haya querido conocer a una persona, pero de ninguna manera lo hará, suba en los primeros minutos cuando lo vuelva a encontrar.
Paso 4
Práctica. Si su objetivo es conocer fácilmente en general, tratar de comunicarse con diferentes personas a diario puede ayudarlo a deshacerse de su miedo a los extraños. Comience su práctica con interlocutores agradecidos: abuelas en la entrada, luego cambie a cajeros en las tiendas de comestibles (especialmente al final de la jornada laboral) y luego a madres jóvenes aburridas con cochecitos, siempre que su hijo esté dormido. Después de un tiempo, generalmente dejará de pensar y dudar antes de hablar con la persona que le interesa.