Se le da una enfermedad a una persona como prueba, y la curación sirve como una señal del paso exitoso de un cierto segmento del camino espiritual. La recuperación es muy deseable, pero para obtenerla, debe ganársela. No se le da a nadie así.
Su naturaleza aún no se comprende completamente y la curación se clasifica como un milagro. Solo parece desde el exterior que una persona vive y vive, y de repente ocurre un milagro en su vida. No todo es realmente lo que parece. Por lo general, el trabajo espiritual profundo sobre uno mismo contribuye a que ocurra un milagro.
Cuando una persona está atormentada por dolencias mentales y físicas, es mejor que comience a sentir y comprender a otras personas ya sí mismo. Hay una reevaluación de valores, que conduce a la curación. Es imposible nombrar el momento exacto de su inicio, pero existen ciertos principios, cuya observancia permitirá acercarlo.
Un deseo
Ésta no es la condición principal del camino hacia la recuperación. Debe ser duro e inequívoco. Una persona no debe desviarse del camino previsto, no importa lo difícil que sea para él.
Introspección
Acércate a ti mismo desde un punto de vista crítico, pero no te rebajes a la autoflagelación y la condena. Esto tampoco conducirá a nada bueno. Trate de evaluar objetivamente todas sus deficiencias, pero debe percibirlas, no como inferioridad, sino como "puntos de crecimiento".
Ciertos esfuerzos
Para conseguir algo, es necesario trabajar duro, lo que se obtiene con facilidad y luego desaparece fácilmente.
No hay nada más deseable para una persona enferma que recibir sanidad. No se da así, para ello es necesario trabajar en uno mismo espiritualmente.