El hombre fue creado para la felicidad, pero ¿cuántas personas se sienten verdaderamente felices y contentas con sus propias vidas? En cada gran cosa, debes comenzar de a poco: para ser feliz, debes aprender a disfrutar todos los días.
Instrucciones
Paso 1
Empieza tu día con una sonrisa. Recuerde, cuando nace un hombrecito, mira a su alrededor con ojos asombrados y sonrisas, dando la bienvenida a este mundo. Cuando se despierte por la mañana, tómese su tiempo para levantarse y hacer sus asuntos matutinos. En cambio, estírate en la cama y sonríe a ti mismo y al mundo que te rodea. Durante el día, trata de sonreír con más frecuencia, puede que sea algo forzado al principio, pero pronto te acostumbrarás y empezarás a notar que el mundo que te rodea ha comenzado a cambiar y llenarse de vivos colores de vida.
Paso 2
Encuentra algo por lo que estar feliz durante el día. No hay necesidad de esperar eventos especiales, buen clima, una hermosa flor o una sonrisa de un transeúnte. Aprecia lo que tienes y obtendrás mucho más de lo que esperas.
Paso 3
Hágase una pregunta sobre cómo hacer que su día sea inolvidable. El trabajo realizado en esta dirección le permitirá no solo tener un día útil e interesante, sino también experimentar alegría.
Paso 4
Establezca pequeñas metas para un día o unos días que le brindarán satisfacción y alegría cuando se esfuerce.
Paso 5
En cada evento que suceda, preste atención a los aspectos positivos. "Hay un rayo de luz": un viejo dicho es más adecuado en este caso que nunca.
Paso 6
Una buena forma de llenar tu vida de alegría es ser creativo. Piénselo, ¿tal vez hace tiempo que desea aprender a pintar paisajes? Es hora de hacer realidad tu sueño.
Paso 7
Durante el día, para alegrarte, recuerda los momentos felices de tu vida. Podría ser su boda, fiesta de graduación, la risa de su hijo o su propio momento de éxito; cada uno de nosotros tiene recuerdos que funcionan a la perfección en tal situación.
Paso 8
Por último, si no tuviste éxito en aprender de inmediato a disfrutar cada día, no debes concentrarte en ello, pensar mejor: “Sí, hoy no funcionó, pero seguro que lo lograré mañana”. Seguramente podrá hacer esto.