Es costumbre llamar a una posición de vida la actitud hacia el mundo circundante en su conjunto. Es la posición en la vida que es decisiva para la estrategia de comportamiento que una persona elige inconscientemente. Gracias a ella, alguien se enfrenta a las dificultades y alguien se desanima.
Actividad y pasividad
Esto no quiere decir que la posición de vida sea una especie de factor innato. Muchos de sus aspectos determinan las condiciones en las que una persona pasó su infancia, los ejemplos que conoció. Una posición de vida adquiere formas concretas al igual que una personalidad, de la que una persona no es consciente de inmediato. Sin embargo, aunque el carácter influye tanto en la personalidad como en la actitud en la vida, puedes cambiar conscientemente ambas.
La actividad en una posición vital determina el éxito de una persona. Es audaz y proactivo, no tiene miedo de actuar y está listo para logros activos. No importa si una persona con tal posición es un líder o un seguidor, siempre tiene su propio punto de vista y no aceptará violar sus principios.
Lo opuesto en las propiedades es una posición de vida pasiva. Es típico de personas indiferentes e inertes. Una persona así, más bien, se inclina a evitar las dificultades, a resolverlas durante semanas. La pasividad puede manifestarse no solo en un estado apático y deprimido, aunque la mayoría de las personas se caracterizan por una falta de iniciativa para resolver problemas. Sucede que una persona simplemente sigue las instrucciones de otra persona, sin cuestionarla. Algunas personas pasivas crean la apariencia de actividad, se quejan y hacen ruido, pero la ausencia de un vector de comportamiento delata su inercia.
Algunas personas se vuelven pasivas debido a la confusión de la vida. En este caso, la pasividad suele asociarse a la agresión hacia otros más activos, una persona muestra un deseo de razonar y “educar de la manera correcta” a quienes no se han resignado, como él, a los fracasos.
Posición de vida proactiva
Otro subtipo de posición de vida es la proactividad. De hecho, sucede que las circunstancias se desarrollan en contra de una persona y no puede hacer nada en este momento. Incluso una persona activa a veces se rinde ante la presión de los problemas. Pero una persona proactiva nunca se rinde.
Asociado a la proactividad está una esfera de influencia. Hay cosas en las que no puedes influir ahora, pero hay otras que dependen directamente de ti. No importa cuán pequeña sea tu esfera de influencia, debes dirigir tus esfuerzos precisamente en ella y en su expansión. No tiene sentido pensar y gastar energía en algo que no depende de ti. Esto parece obvio, pero la mayoría de la gente lo hace de manera diferente. Por ejemplo, recuerde con qué frecuencia las personas a su alrededor se quejan del gobierno o regañan al clima. Si no puede cambiarlo en este momento, no desperdicie energía en él. Es absolutamente seguro que hay cosas que puedes hacer: haz lo mejor posible lo que depende de ti, lo que estás haciendo ahora.
Actuando de acuerdo con esta regla, las personas proactivas salen de las crisis más rápido y con menos pérdidas.
Lo más importante que debes entender es que tu posición en la vida depende totalmente de ti. Incluso si ha sido pasivo en ocasiones, todavía puede volverse activo o proactivo en este momento, y esta decisión nunca es demasiado tarde.