Existen reglas y pautas generales para el asesoramiento que debe seguir un psicólogo. Estos principios hacen que el trabajo del consultor y del cliente sea más estructurado y eficiente.
- Cada cliente es único. En principio, no pueden existir dos situaciones idénticas. Por lo tanto, en el asesoramiento psicológico, es importante un enfoque centrado en la persona.
- Las actitudes, actitudes y actitudes del cliente pueden cambiar durante el curso de la consulta. Es necesario prever la aparición de nuevos problemas.
- Los problemas del cliente, en primer lugar, deben ser realizados por el propio cliente. Las personas que acuden a una consulta sin motivación, la mayoría de las veces, no pueden aceptar la responsabilidad de la existencia de problemas y su posterior solución.
- La comodidad y seguridad del cliente son los componentes principales de la consulta. Si, en el transcurso de la solución de sus problemas, una persona experimenta malestar moral o físico, entonces el psicólogo debe dejar de trabajar o transferirlo a otro canal.
- El psicólogo debe utilizar todas sus mejores cualidades, tanto profesionales como personales, en el curso de la consejería. A pesar de esto, debe recordar que el papel principal en la solución de los problemas del cliente recae en el propio cliente. Si el problema no se resuelve, entonces no hay necesidad de imponerse una culpa existencial por ello.
- El resultado del asesoramiento puede no ser inmediatamente visible o retrasarse en el tiempo.
- El consultor siempre debe cumplir con las reglas de ética profesional.
- El asesoramiento debe basarse en conocimientos teóricos. Sin embargo, la abrumadora confianza en la literatura educativa y la completa exclusión de las cualidades humanas personales pueden producir un resultado destructivo de la consejería.
- El consejero debe diferenciar los problemas de los dilemas y las preguntas retóricas.
- El proceso de consulta debe ser una interacción bidireccional.