En el mundo moderno, muchas personas necesitan poder mentir. No necesariamente con un propósito cuestionable o ilegal. A menudo mienten para bien o para salvarse, para calmar a una persona demasiado desconfiada, para no dar motivos de celos a sus seres queridos, para negociar con sus superiores o socios comerciales.
Piense siempre en sus mentiras antes de tiempo. Intente dar respuestas a todas las preguntas posibles, resuelva los detalles de su historia. Piense en qué hechos pueden servir como evidencia de la veracidad de sus declaraciones. Una mentira inventada de antemano siempre parece más creíble y las posibilidades de fracaso serán menores. En caso de falla, puede encontrar una alternativa que esté más cerca de la verdad.
Trate de creer sinceramente en lo que se le ocurrió. Para que nunca se le ocurra a nadie que está siendo engañado. Imagínese como un actor que debe interpretar su papel de manera excelente, acostumbrarse a él, convertirse en uno con él.
Recuerde que, según la legislación vigente, el perjurio, la calumnia y la difamación se castigan con medidas que incluyen la responsabilidad penal.
Si es posible, investigue de antemano a quién engañará. Trate de comprender la psicología de la "víctima", encuentre un enfoque individual para ella. Las personas desconocidas, por regla general, llevan a cabo una conversación con desconfianza y cautela. Es más difícil engañarlos que a amigos y familiares. En este caso, comenzar a alimentar se encuentra en pequeñas porciones, monitoreando cuidadosamente al interlocutor. Es importante no exagerar: alterne entre hechos verdaderos y falsos.
No te dejes atrapar
Si el interlocutor comienza a adivinar el engaño, distráigalo con algo. Empiece a preguntarle sobre detalles irrelevantes, cambie la conversación a un tema abstracto, cuente una historia o anécdota interesante. Contraataque si su oponente ya ha comenzado a acusarlo directamente de mentir. Tome la situación en sus propias manos, pruebe, dé argumentos previos.
La forma más fácil es acostarse por teléfono o en persona. Es más difícil, en Internet o en la correspondencia, ya que en estos casos el destinatario siempre puede guardar cartas o mensajes.
Recuerda siempre las pequeñas cosas que mientes. Esta es una condición difícil pero necesaria para todo mentiroso exitoso. Sea consistente engañando a muchas personas o cometiendo una serie de engaños. Incluso puede escribir todos los hechos del engaño. Y, cuando se le ocurra la siguiente mentira, no olvide que las personas engañadas pueden intercambiar información entre sí. Para que no revelen el engaño, la información que tengan debe ser consistente y no tener detalles contradictorios.
Gestos y expresiones faciales
Observe sus gestos y expresiones faciales. Asegúrate de que no debes sentirte culpable o temeroso de engañar a los demás. Mire a la otra persona con audacia y abiertamente de la misma manera que normalmente mira a los demás cuando dice la verdad. Practica el look correcto de antemano. No cruce los brazos ni las piernas, no haga movimientos innecesarios y sin sentido que puedan delatar mentiras o ansiedad innecesaria.
Acuéstese con voz firme, segura y fuerte. Practíquelo con anticipación. No tartamudee, no mejore, no se confunda, hable como si estuviera escrito, sin balbucear. Si durante una conversación le sonríe al interlocutor, trate de que la sonrisa se vea correcta, es decir, que sea natural y sincera.