Convertirse en mensajero de malas noticias no es tarea fácil. Ante la desgracia de otra persona, muchos experimentan un sentimiento inconsciente de culpa, lástima y vergüenza. Sin embargo, esta gama de sentimientos dificulta concentrarse en la tarea principal y presentar información negativa de la manera menos traumática para el interlocutor.
Instrucciones
Paso 1
Prepárate. Al conocer la pérdida, una persona pasa por varias etapas: primero, la fase de negación, luego la etapa emocional, el período de humildad y, finalmente, la recuperación. Cuanto mayor es la pérdida, más tiempo se tarda en darse cuenta. Por lo tanto, una persona puede seguir estos pasos en un minuto, pero sucede que lleva años. En cualquier caso, al prepararse para comunicar malas noticias, sepa que tendrá que pasar por la primera etapa con el interlocutor: la negación. Su duración depende de lo bien que presente la noticia.
Paso 2
Prepara al interlocutor. Trate de establecer contacto visual y táctil. Si la relación es lo suficientemente cercana, abrace o dé una palmada en el hombro. Di abiertamente que trajiste malas noticias. Esto ayudará a que la persona tenga el estado de ánimo adecuado. Tendrá tiempo para prepararse mentalmente y percibir el mensaje de manera más adecuada. Comience con información objetiva, evitando descripciones del evento con todos los detalles, epítetos vívidos y sus propios comentarios.
Paso 3
Estar ahí. Al escuchar malas noticias, una persona se sumerge en un estado estresante. La inevitable etapa de la negación se expresa en el "aturdimiento": se pierde el contacto visual, la persona parece estar encerrada en sí misma, puede salir de la habitación o, por el contrario, esconderse en un rincón lejano. Deje que el interlocutor entre en razón, se dé cuenta de la realidad de lo que está sucediendo, no rompa el silencio. Esté preparado para responder las preguntas "¿Está seguro?", "¿Está seguro?" etc.
Paso 4
La siguiente fase es emocional. En este momento, una persona se encuentra en un estado de pasión, lista para culpar y destruir todo lo que le rodea. Tal agresión puede dirigirse contra la propia personalidad, por lo que vale la pena asegurarse de que el destinatario de las malas noticias no se haga daño a sí mismo ni a los demás. Muy a menudo, la ira se convierte en una rabieta prolongada. Si la pérdida es realmente grande, entonces vale la pena permitir que la persona exprese su dolor y amargura con lágrimas. Sin embargo, si la afección no mejora, es posible que necesite la ayuda de un especialista, un psicólogo o un psicoterapeuta.
Paso 5
No dude en ofrecer toda la ayuda que pueda. Sin embargo, evalúe adecuadamente sus propias fortalezas y recursos. Por lo tanto, no prometa más de lo que puede hacer. A veces, las palabras de apoyo, la simpatía sincera y la voluntad de asumir preocupaciones menores significan mucho más que sus capacidades materiales. Pero no debes ir al otro extremo, tratando de arreglar todo por tu cuenta, preocupándote y sin dejar que la persona entre en razón. Respete los sentimientos del interlocutor, muestre sensibilidad y comprensión.