En los seres humanos, casi a nivel molecular, existe una tendencia a mentir. En algunos, se expresa mal, mientras que otros pueden considerarse mentirosos patológicos. Sin embargo, no todo el mundo quiere verse engañado. Solo unos pocos son capaces de determinar cuándo se les está mintiendo, ya que no es una tarea fácil.
Instrucciones
Paso 1
Primero, preste atención a las expresiones faciales y los gestos. Los mentirosos raros son capaces de resistir los reflejos.
Paso 2
El mentiroso evita el contacto visual. Si quieres avergonzarlo, trata de llamar su atención.
Paso 3
Si logras mirarlo a los ojos, verás que sus iconos se estrechan.
Paso 4
El mentiroso se mueve con rigidez, sus gestos incómodos. Solo quiere distraerse de las mentiras "justas", porque a menudo se toca la cara o se tira de la ropa.
Paso 5
Mentir puede causar sequedad en la boca, por lo que el tramposo comienza a lamerse los labios. Con una mentira particularmente descarada, aparecerá una tos.
Paso 6
Con una mentira particularmente grande, el interlocutor pierde poder sobre la voz. Los tonos elevados indican tensión en el altavoz. La suavidad de la voz puede ser un intento de adormecer la vigilancia de la víctima. Un discurso rápido insinúa que el mentiroso quiere regalar su invento lo antes posible, antes de que lo olvide. Los murmullos o los ataques bruscos en la voz son una señal de que la persona tiene miedo de ser revelada.
Paso 7
La discrepancia entre gestos y palabras también delata a un mentiroso. Por ejemplo, asiente cuando dice que no.
Paso 8
Los mentirosos sin experiencia suelen ser indecisos en sus palabras. Tampoco quieren responder preguntas o tardar mucho en dar consejos, y luego resulta confuso.
Paso 9
El mentiroso se centra demasiado en los detalles, temiendo la inverosimilitud de su invento o creando una pausa incómoda.
Paso 10
El mentiroso cambiará de buena gana el tema de la conversación si le das esta oportunidad.