¿A tu hijo le encanta crear? ¿Hacer dibujos en el papel pintado, dibujar patrones en el suelo, colocar hombres de pasta en la mesa? ¿Lo regaña por tales trucos o, por el contrario, los aprueba, apreciando el inexorable afán por la belleza? Los psicólogos todavía insisten en el estímulo. Después de todo, los creadores prefabricados no nacen, ¡sino que se convierten! Y aquí todo depende únicamente de los padres.
No es una coincidencia que casi todos los métodos modernos en las instituciones preescolares contengan necesariamente actividades creativas como parte del programa educativo. Después de todo, la creatividad juega un papel muy importante en el desarrollo del bebé. Casi todos los padres, al elegir qué hacer con su hijo, pensarán en primer lugar en el dibujo, el modelado y las aplicaciones. Además, en las tiendas ahora puedes encontrar una amplia variedad de kits para la creatividad de los niños. Pero no es suficiente encontrar una ocupación para el bebé; también es necesario mantener una atmósfera especial de creatividad en la familia, en la que el niño crecerá.
Cuadros en un plato
Puede comenzar con los artículos para el hogar más comunes. Por ejemplo, ¿cómo debería verse la comida en el plato? Parecería que la comida para bebés simple y saludable no es una vista particularmente emocionante. Pero, de hecho, después de que el bebé cambia por completo al menú de platos para "adultos", los padres pueden convertir cada comida en una sorpresa entretenida.
Toda la belleza del proceso radica en hacer dibujos divertidos y figuras inusuales a partir de los productos más comunes presentes en cada cocina. Pero esta es la esencia principal de la creatividad: crear obras de arte a partir de objetos simples y sin complicaciones.
Los huevos cocidos de esta manera se convierten en pequeños animales, las verduras y la lechuga florecen en los bosques y jardines, puede crear escamas de pescado o serpiente a partir de rodajas de pepinos o aceitunas. Se crean caras con diferentes expresiones a partir de huevos revueltos tradicionales o un sándwich con rebanadas de pan, queso o cebollas verdes. Los padres no tienen que persuadir al niño para que coma tales platos; no pensará que es sabroso y lo que no es muy bueno cuando vea tal variedad en el plato.
Puede ir más allá de la mera creación de figuras e ir más allá. Los platos en la mesa pueden ser la base del desarrollo versátil de un niño. Para empezar, puedes inventar una historia sobre los personajes que creaste en un plato. Por ejemplo, nos encontramos en el bosque con eneldo (extendido sobre una ensalada) un ratón (un huevo) y ya (un pepino cortado en rodajas finas). ¿Qué se dirán el uno al otro? ¿Qué harán a continuación? Después de comer, invite al pequeño a dibujar estos personajes y proponer una continuación de la historia. Por lo tanto, la imaginación se desarrollará gradualmente y esta es la base de cualquier creatividad.
Con armonía en la vida
Los adultos pueden inculcar en un bebé ideas básicas sobre la armonía y compatibilidad de colores en literalmente cualquier situación del hogar. Aquí el niño se despierta por la mañana y elige la ropa para hoy. ¿Qué camiseta elegiremos? ¿Rojo? Bien. ¿Qué pantalones cortos combinan mejor con una camiseta roja? ¿Y qué color de medias es mejor elegir para ellos?
¿El niño pequeño te ayuda a quitarte la ropa después de secarla? ¿Por qué no arreglar las toallas y la ropa de acuerdo con los colores del arcoíris? Para un bebé mayor, puede ofrecer otro principio: envíe cosas con tonos cálidos a una pila y a otra con tonos fríos. Y al doblar las toallas, los padres pueden presentar al niño los conceptos básicos del origami. De hecho, es mucho más fácil para mangos ineptos manejar paneles grandes y blandos que con una hoja de papel delgada, donde es importante hacer pliegues pequeños y precisos.
¡Orden completa
Mantenerlo limpio es una parte importante del proceso creativo. El niño debe saber: tan pronto como termine la lección, todo debe estar en su lugar. Y el tema de la disciplina no es el principal aquí. En primer lugar, limpiar la superficie de trabajo supone el final del proceso creativo, e incluso si se espera alguna mejora en el futuro, es importante marcar el final de la siguiente etapa.
Y en segundo lugar, limpiar la mesa libera el campo para actividades futuras: cuando el bebé se siente a la mesa, no se distraerá con los restos del proyecto anterior y nada le impedirá concentrarse en la nueva idea.