Tarde o temprano, cualquier persona es objeto de críticas inmerecidas por parte de sus colegas o de un jefe. Es muy difícil mantener la compostura en esos momentos, pero si se prepara mentalmente con anticipación, es muy posible hacer frente a las emociones negativas causadas por las críticas.
Los líderes de cualquier rango no siempre tienen el arte de la crítica, es decir, correctamente y de una manera empresarial, por lo tanto, durante un arrebato emocional, pueden cruzar los límites de la ética empresarial. Como regla general, cometen tres errores principales al criticar a los subordinados.
A veces el jefe piensa que lo más importante es hacerte una sugerencia delante de tus compañeros. Entonces, dicen, se recordará mejor y otros escucharán al mismo tiempo. En tal situación, se siente como si estuviera en una ejecución pública y es muy difícil manejar sus emociones.
Lo principal aquí es abstenerse de la agresión y la confrontación directa, porque esto solo agregará más leña al fuego. Si cometió un error, admita con calma su error e invite al gerente a discutir la situación con usted personalmente, ya que esto no concierne a los demás. Al hacer esto, enfatizarás la autoestima, que es importante mantener en cualquier situación, y también salvarás al jefe de la vergüenza: tal vez no conozca ningún matiz, y si esto se revela, mostrará incompetencia frente al todo el equipo. Y esto puede causar aún más negatividad hacia ti.
La reacción más dolorosa en una persona surge cuando comienza a hablar de sus cualidades personales. Por lo tanto, si el líder durante la conversación cruzó esta delgada línea entre la crítica y el insulto, es posible que experimente un impacto emocional.
Utilice un método simple: respire profundamente y cuente hasta diez. Recuerda que una persona ofendida puede llegar a dos extremos: agresión o autodesprecio. Una persona tranquila es capaz de convertir la conversación en una broma e invitarla a seguir adelante para discutir la situación actual desde su personalidad. Es mejor no mostrar que las palabras del jefe le han herido profundamente; esto lo pone en una posición vulnerable.
Si tiene la “suerte” de trabajar bajo la dirección de un líder emocional, no intente presentar argumentos durante el estallido de su ira; ahora es simplemente inútil. Deje que se enfríe, cálmese, luego se puede continuar la conversación.
De todos modos, mantén la calma, pero no le muestres a tu jefe tu condescendencia demasiado explícitamente; esto, a su vez, ofenderá sus sentimientos y provocará un brote aún mayor. Trate de mantener la conversación en línea con los detalles y no con expresiones vagas sobre la actitud hacia el trabajo.
Lo principal que debe comprender es que puede anticipar el comportamiento del jefe, lo que significa que puede resistir las críticas no constructivas y encontrar fácilmente un lenguaje común con él.