En el contexto de la psicoterapia, una gestalt inacabada (del alemán gestalt - forma, apariencia, imagen) es una necesidad insatisfecha que busca satisfacción o alguna otra salida. La tensión creciente de la insatisfacción impulsa a la persona a tomar acciones que acercan la realización de una necesidad determinada. Después de la finalización natural de la Gestalt, aparece el "espacio libre" para la formación de otros nuevos.
Con el funcionamiento saludable de la psique, las gestalts incompletas estimulan cierto comportamiento, dan un impulso para alguna acción. Sin embargo, en casos de autorregulación deteriorada, algunas necesidades se interrumpen y permanecen crónicamente incompletas, lo que conduce a un estrés constante. Bajo la carga de una Gestalt inconclusa, una persona se vuelve incapaz de realizar y actualizar necesidades nuevas e importantes. Una gestalt inacabada es una cadena que une a una persona con ciertas personas, eventos, lugares y momentos de la vida. Las personas con situaciones inconclusas intentan completarlas con otras personas, en otras relaciones, causando muchos inconvenientes a los demás y haciéndose infelices. La naturaleza humana se caracteriza por el deseo de completar las acciones, un sentido de integridad y tranquilidad. De vez en cuando, tiene sentido preguntarse si está perdiendo sus gestalts inconclusas en las relaciones con las personas al imponer a ciudadanos inocentes los roles requeridos para su desempeño. Es posible que no esté satisfecho con alguna relación anterior en su vida, volviéndola inconscientemente una y otra vez para tratar de completar y llenar el agujero que una vez se formó. La incompletitud surge de emociones que no encuentran expresión: amor, culpa, arrepentimiento por algo perdido. Si no logra satisfacer su necesidad emocional a tiempo y de manera adecuada, esta cadena se cierra. Volviendo mentalmente a situaciones y eventos del pasado, experimentas incomodidad por la gestalt inacabada. Todo esto bloquea tus acciones, siendo un hervidero de tensión crónica, ansiedad y disgusto. No siempre es fácil perdonar a una persona con la que tienes algo conectado, olvidarlo y dejarlo ir. El apego emocional, por inconsciente que sea, puede persistir durante mucho tiempo. Y las acciones inconclusas, a su vez, se alimentan de neurosis, insomnio, estrés y experiencias innecesarias, incapacitándote y privándote de la capacidad de concentración. Como señaló acertadamente el escritor y filósofo inglés Oscar Wilde, para superar la tentación, es necesario sucumbir a ella. Es muy posible completar constructivamente las necesidades del pasado lejano (o no muy lejano). Repita estas circunstancias mentalmente o con otras personas que estarán al tanto de lo que necesita. Cuéntale a alguien tus necesidades y fantasea sobre cómo podría terminar. Si consigues aceptar las cosas como son, o te vuelves indiferente, esta también es una buena opción para completar la gestalt.