La sociedad social es una para todos. Por eso, algunas personas de vez en cuando en el trabajo, en el transporte público o simplemente en la calle tienen que lidiar con temas muy extraños, mostrando experiencias y emociones negativas extremadamente negativas. Estos sujetos son vampiros de energía. Al dirigir los conflictogens negativos hacia sus víctimas, los convierten en sus "esclavos" espirituales.
¿Qué es un vampiro de energía?
Un vampiro de energía es una persona que puede quitarle su vitalidad a otras personas. Para hacer esto, solo necesita comunicarse con ellos. El energovampirismo no se explica de ninguna manera por las leyes del intercambio mutuo de energía. Las personas que son capaces de chupar todos los jugos de la vida de los demás se dividen en dos grupos: vampiros lúcidos y vampiros inconscientes. Estos últimos no plantean ningún peligro social a escala universal, lo que no se puede decir de los chupadores de energía conscientes.
¿Cómo se comportan los vampiros de energía?
Cuando se trata de vampiros energéticos, se refiere al primer tipo: vampiros lúcidos. Son mucho más peligrosos que los inconscientes. El comportamiento de esas personas es el siguiente: succionan a propósito su energía vital, su base moral de las personas que los rodean, intercambiando genes de conflicto continuo con ellos. Después de todo, el vampiro energético está total y completamente lleno de negatividad y agresión hacia la sociedad. Es curioso que en el ámbito de Internet a esas personas se les llamara trolls.
Tales vampiros de cualquier "mosca" hacen un "elefante", estropeando el estado de ánimo de sus víctimas, haciéndolas letárgicas, cansadas, sin alegría. Luego de otro escándalo perpetrado por un vampiro, sus víctimas sienten un vacío espiritual, un vacío espiritual y un agotamiento moral. En la vida cotidiana, es bastante fácil encontrarse con un vampiro energético: pueden estar en el transporte público, en el trabajo, vivir en el vecindario, etc. Exteriormente, estas personas, por supuesto, no son diferentes de otras, pero el daño que causan a la sociedad tiene una connotación específica.
El principio por el cual viven los vampiros de energía es muy simple: utilizan la transferencia de energía vital de sus víctimas a sus seres queridos. Debido al intercambio de energía que se produce durante el contacto directo con su víctima, el vampiro restaura su propia reserva espiritual. Esto sucede porque la energía vital de una persona es capaz de fluir y cambiar. Incluso el optimista más ardiente, habiéndose comunicado con un vampiro de energía, puede convertirse en un pesimista desesperado.
El comportamiento de los vampiros de energía lúcida no es caótico ni emocional. Por supuesto, se trata de personas bastante emocionales y, a veces, incluso desequilibradas, pero al comunicarse con los demás se adhieren a una fina línea psicológica. En particular, con sus víctimas, prefieren retirarse, violando su espacio personal. Cualquier succionador de energía consciente transferirá deliberadamente la conversación a su víctima, ya que esto generará fuertes emociones de su parte y, por lo tanto, un poderoso flujo de energía.