En cualquier comunidad, hay personas que se encuentran en la parte superior de la escala jerárquica. Son respetados, influyentes y respetados. También hay un papel especial, que convencionalmente se denomina "chivo expiatorio". Para alguien que por alguna razón cae en este nicho, no es tan fácil salir de él. ¿Cuáles son las razones de este papel?
Cualquier equipo está organizado de tal manera que, hasta cierto punto, necesita a alguien a quien se le puedan drenar las emociones negativas y, a veces, hacerlas culpables de problemas comunes. Esto es especialmente evidente en grupos de conflicto disfuncionales, a veces en familias. Un candidato adecuado se mete sin saberlo en ciertas situaciones, y el resto de los miembros del equipo, sin decir una palabra, se comportan en consecuencia: culpan a la persona por algo y son tratados con cierto desdén. ¿Le suena familiar la situación?
El hecho es que esa persona se utiliza como pararrayos para las emociones negativas y desempeña, hasta cierto punto, una función importante para el equipo. Desafortunadamente, todas las personas son imperfectas y, a veces, sienten la necesidad de traspasar parte de la responsabilidad a otra persona o circunstancia. Y aquí surge una persona, a quien la comunidad convierte en un "chivo expiatorio".
Sin embargo, no todas las personas pueden ocupar este puesto. A veces, este rol se queda en la persona, a menudo durante mucho tiempo, y a veces un candidato potencial para este rol hace algo que lo empuja a salir de este rol, a pesar de todos los esfuerzos del equipo.
Veamos qué cualidades de una persona te permiten colocarlo en este rol y cuáles no.
Baja autoestima
Una de las principales cualidades que se puede observar en todos los chivos expiatorios es la baja autoestima. Están, por así decirlo, dispuestos a ser tratados de manera muy irrespetuosa, porque se sienten así. Esto puede deberse a relaciones familiares desfavorables u otras experiencias traumáticas en grupos de compañeros.
Ambiciones ocultas
Cualquier persona que haya caído en el papel de "chivo expiatorio", junto con la falta de un sentido de su propia valía, tiene un deseo muy fuerte de ocupar un alto estatus en el equipo, de sentir su superioridad sobre los demás. Este deseo surge como un contrapeso a la verdadera posición entre las personas: rechazo, rechazo. En otras palabras, a esto se le puede llamar ambición oprimida, cuando la necesidad principal se convierte no tanto en el deseo de ocupar un lugar alto en la jerarquía, sino en el deseo de superar a los demás, mostrando rechazo.
Y luego sucede lo más interesante. ¿Cómo se relacionan los demás con alguien que, por un lado, no se valora a sí mismo y, por otro, quiere sentirse superior a los demás? Una persona así provoca la falta de respeto y el deseo de "ponerse en su lugar", lo que en el futuro el equipo está feliz de hacer, satisfaciendo ya sus necesidades.
Falta de respeto a otras personas
El "chivo expiatorio" se siente ofendido por el mundo entero y las personas que lo rodean y no les tiene respeto, y mucho menos el amor. Ésta es otra característica de las personas que han caído en este rol. Intentan sin éxito resolver el conflicto interno, soñando con algún día tratar a los demás de la forma en que otros los están tratando ahora.
Entonces, en cualquier equipo, cada persona entra en ciertas interacciones. La naturaleza de esta interacción está determinada por las cualidades de una persona, gracias a las cuales puede ser positiva o negativa.