La presencia de la razón, la capacidad de pensar es la principal diferencia entre humanos y animales. Hay un tremendo poder en esta habilidad. Sin embargo, la mente es tanto amiga del hombre como enemiga. A menudo, una persona se convierte en rehén de su conciencia. La meditación ayudará a dirigir el poder del pensamiento en la dirección correcta.
Instrucciones
Paso 1
Elija un lugar tranquilo y calmado para la meditación, donde nadie ni nada lo molestará. La habitación que elija para su meditación debe ser cálida y cómoda. Toma cualquier posición que te resulte cómoda, relájate.
Paso 2
Trate de detener el "parloteo" de pensamientos en su mente. Una mente distraída y agitada no tiene fuerza, no es capaz de buscar soluciones a los problemas a propósito. Calma tu mente, escucha el silencio interior en ti mismo.
Paso 3
Concéntrate en una cosa. Por ejemplo, en tu respiración, en cualquier sensación de tu cuerpo; en un objeto que ve frente a sus ojos o en un sonido que oye. Puedes concentrarte en algún problema que tengas que resolver en un futuro próximo. Cualquier cosa puede convertirse en objeto de meditación.
Paso 4
Después de elegir un objeto de concentración, mantén tu atención en él. Concentrar la atención durante mucho tiempo requiere disciplina de la mente, que se desarrolla después de un cierto número de sesiones de entrenamiento.
Paso 5
Si su mente se distrae, aferrándose a algunos pensamientos vanos, déjelos flotar. Imagina que estás sentado en la orilla de un río y ves hojas caídas flotando a tu lado: simplemente existen, pero no te cambian. Deja que tus pensamientos vanos sean simplemente, sin cambiar tu esencia.
Paso 6
No esperes nada de la meditación. La meditación es curativa, pero no debes tomarla como una pastilla. Al entrar en el estado de meditación, comienza un diálogo interno consigo mismo. Esta concentración interior es curativa en sí misma.
Paso 7
Controla tu respiración mientras meditas. Hazlo tranquilo, mesurado. Junto con la respiración, todo tu cuerpo se calmará.