Todos quieren aprender a leer el lenguaje de señas, porque tales habilidades ayudarán a descubrir lo que no se expresó durante la conversación. Los gestos pueden mostrar las preferencias de su interlocutor.
Por ejemplo, si es necesario conocer la ubicación de otra persona, no es necesario que mantenga una conversación larga y confusa, será suficiente si solo sonríe y lo mira a los ojos.
Nerviosismo excesivo, la excitación viene dada por las siguientes posturas: rodillas dobladas, brazos presionados contra el pecho, y mucho más. La indecisión, la debilidad y la incertidumbre se pueden leer moviéndose inquietamente en una silla, jugando con un asa y pequeños objetos en las manos y moviendo los ojos.
El comportamiento seguro de sí mismo se puede ver en la obvia perforación de la mirada del interlocutor, recostado en la silla de la oficina de dirección.
El comportamiento engañoso se caracteriza por el contacto incontrolado de la cara, la barbilla, los lóbulos de las orejas, el cuello y palmaditas imperceptibles. Inconsistencia del movimiento corporal con las palabras pronunciadas, por ejemplo, si el interlocutor niega con la cabeza en el momento en que aprueba algo.
Aprender a leer el lenguaje de señas de manos también es muy importante. Tocar la cara, por ejemplo, si una persona intenta mentir, inconscientemente trata de taparse los oídos, los ojos y la boca.
Frotar la palma habla de la transmisión no verbal de un momento positivo. Si una persona se frota las palmas, significa que está anticipando la victoria en algo. Con la excepción de una situación en la que en una parada de autobús en invierno, una persona se frota las manos con cuidado, esto no significa en absoluto que su lenguaje corporal sugiera que está esperando el autobús. Obviamente, le dio frío y de esta manera está tratando de calentar sus manos heladas.
Los brazos no están completamente cruzados: un brazo cruza el cuerpo mientras sostiene el otro. Así se comportan las personas que se encuentran en compañía de extraños. Un gesto les ayuda a sentir cierta confianza.
Las manos detrás de la espalda hablan de la confianza excesiva de una persona, incluso de un cierto sentido de superioridad sobre los demás. Los experimentos muestran que en una situación estresante (durante una entrevista, ir al dentista, en un examen), esta posición de las manos contribuye a un estado de confianza, ayuda a aliviar la tensión y se vuelve más dominante sobre la situación.
Las manos detrás de la espalda con un agarre en la muñeca informan que la persona está muy molesta, trata de recomponerse, calmarse y también trata de evitar ser golpeado.