El carácter es un conjunto de rasgos mentales que conforman la personalidad de una persona. Se manifiesta en las acciones externas de una persona: acciones, actitud hacia las personas y los objetos que la rodean. De hecho, es imposible definir el carácter por otro criterio que no sea el comportamiento.
Instrucciones
Paso 1
El rasgo que define el carácter es el temperamento. Los psicólogos creen que este rasgo no cambia a lo largo de la vida, pero su intensidad puede cambiar. El sistema de temperamento se basa en la doctrina de dos tipos de comportamiento: introvertido y extrovertido.
La naturaleza de un introvertido está determinada por el aislamiento externo, una persona evita las grandes empresas ruidosas, limita el círculo de amigos a una o dos personas. Un extrovertido, en cambio, está orientado hacia el mundo exterior, tiene una gran cantidad de contactos y conocidos. Los rasgos de su carácter se expresan en un comportamiento con mucha más fuerza que el de un introvertido, ya que no está acostumbrado a ocultar sentimientos y limitar las manifestaciones externas.
Paso 2
Recientemente, algunos psicólogos han comenzado a identificar un tercer tipo de comportamiento: ambivert (latín ambi - around). Una persona de este tipo se siente igualmente cómoda en empresas grandes y pequeñas, en público y en soledad. En su carácter pueden aparecer rasgos tanto introvertidos como extrovertidos.
Paso 3
Una persona extrovertida es propensa a comportamientos impulsivos. Según el tipo de temperamento (colérico o sanguíneo), se diferencia, respectivamente, en una mayor o menor velocidad de reacción. A estas personas les resulta difícil concentrarse en un trabajo monótono. Las personas sanguinarias tienden a esparcir energía en varias cosas a la vez y, como resultado, renuncian a todo a la mitad. Las personas coléricas por su intemperancia a menudo causan desaprobación e irritación entre los introvertidos, especialmente entre las personas flemáticas. Los gestos de estos dos tipos son activos y arrolladores.
Paso 4
Los introvertidos (flemáticos y melancólicos) en la primera reunión crean la impresión de calma y aplomo, ya que sus manifestaciones externas son comedidas y casi invisibles. Las personas flemáticas se pueden definir por su lentitud, llegando a cierto letargo, pero para ellas este comportamiento es la norma, provocado por la necesidad de pensar en cada paso. En este sentido, sienten tanta aversión por las personas coléricas que reaccionan ante cualquier evento al instante, sin dudarlo y mirando hacia el futuro. Las personas melancólicas son propensas a la autocompasión, la depresión y la tristeza, pero revelan sus experiencias solo en casos extremos y solo a amigos muy cercanos.