La cobardía envenena la vida de una persona. El problema de la cobardía es la incapacidad de superar los miedos y nuestras propias debilidades. Los miedos, uno tras otro, ejercen presión sobre la psique, sin dar la oportunidad de realizarse plenamente en la creatividad, en el trabajo, en la familia y en la sociedad. Cuanto más complazca sus miedos, menos posibilidades tendrá de ganar confianza en sí mismo. ¿Cómo dejas de ser un cobarde?
Instrucciones
Paso 1
Una de las causas comunes de la cobardía es la escasa capacidad física. A menudo sucede que los adolescentes insolentes ofenden a sus compañeros débiles o dolorosos. Esos mismos no pueden responder nada a cambio, dando por sentada la humillación. Como resultado, se retraen y siguen el ejemplo de la cobardía, sin tomar ninguna medida para cambiar la situación. El problema de la debilidad física es más fácil de resolver. Basta con inscribirse en la sección de levantamiento de pesas, culturismo, boxeo y otros deportes, en los que el énfasis está en el desarrollo de habilidades de fuerza y la capacidad de defenderse. Unos meses de entrenamiento regular y específico te ayudarán a desarrollar la fuerza que necesitas para defenderte.
Paso 2
Superar la causa psicológica de la cobardía suele ser más difícil que la física. La forma más segura es afrontar tus miedos. Coge un papel y un bolígrafo. Siéntese y considere con calma a qué le tiene miedo. Piense en todas las situaciones de la vida en las que los miedos se apoderaron de usted y le impidieron alcanzar el éxito. Escriba todos sus miedos en orden del más importante al menos significativo. ¿Lo has grabado? Ahora mire las tres situaciones más insignificantes en las que ha mostrado cobardía. Intente recrear situaciones similares en los próximos dos o tres días y actúe en ellas como desee. Una vez que haya superado su cobardía, felicítese y celebre su éxito. Pasa de superar los miedos menores a los mayores. Con el tiempo, notará cómo ha aumentado su estabilidad psicológica.
Paso 3
Respalde sus logros con afirmaciones positivas. Todas las mañanas después de despertar y por la noche antes de acostarse repítase: “Tengo confianza en mí mismo y en mis fortalezas. Soy valiente y fuerte. Logro todo en la vida por lo que me esfuerzo . Puede repetirse las declaraciones a sí mismo, o mejor aún, en voz alta mientras está de pie frente al espejo. Leer afirmaciones ayuda a superar las barreras psicológicas que han surgido en tu mente durante una mala experiencia.