La bulimia es un trastorno alimentario que se caracteriza por un aumento repentino y paroxístico del apetito, así como una sensación de hambre insoportable y debilidad general del cuerpo. Hacer frente a una enfermedad de este tipo solo es posible con un enfoque integrado. Por lo tanto, se necesita la ayuda tanto de un psiquiatra como de un psicólogo.
Con la bulimia, toda la vida de una persona parece estar sujeta a la alimentación. Todas las demás áreas de la vida pasan a un segundo plano. Las relaciones interpersonales, la carrera, los lazos familiares y muchas otras cuestiones dejan de interesar a una persona, por lo que también aparecen problemas en ellos. Resulta un círculo vicioso: parece que una persona parece "apoderarse" de todos sus problemas. Después de otro ataque de glotonería, necesariamente se culpa a sí mismo y cae en una depresión, pero no puede salir de este círculo.
Si la causa de la bulimia es una determinada enfermedad del sistema nervioso central o del sistema endocrino, es imposible afrontarla sin la ayuda de un médico especialista. Y si la causa son factores psicógenos, la ayuda de un psicólogo es invaluable. Tales motivos psicógenos pueden ser: disgusto en la infancia, situación traumática, falta de fe en uno mismo, percepción difícil de la vida y falta de sentido del humor, pérdida del sentido de la vida, escasa adaptabilidad, rechazo de responsabilidades, etc.
Con la ayuda de un psicólogo, el paciente puede darse cuenta de las verdaderas y profundas razones de tal comportamiento, identificar la presencia de conflictos intrapersonales y resolverlos. Solo al aceptarte a ti mismo como un todo, puedes seguir adelante y superar la adicción a la comida.
Dado que las causas de la bulimia son diferentes para cada persona, se planifica el trabajo adicional del psicólogo teniendo en cuenta la personalidad del paciente. Diversos entrenamientos o trabajos individuales para cambiar hábitos, comportamientos en general, aumentar el nivel de autorregulación y autocontrol pueden ayudar en la lucha contra la bulimia. Trabajar para aumentar la resistencia al estrés, superar la ansiedad y aumentar la autoestima también es eficaz. Por ejemplo, al evaluar qué situaciones causan con mayor frecuencia estrés o ansiedad severa, en el futuro puede superar tales situaciones de manera más adaptativa, sin dañar su personalidad y su propio cuerpo.
Asistir a grupos de apoyo, comunicarse con aquellos que ya han abordado el problema o que también están en camino de resolverlo, ayudan a las personas con bulimia. Muy a menudo, estos grupos se organizan con la participación de un médico y un psicólogo y, por lo tanto, las recomendaciones y los consejos "experimentados" que se escuchan allí siempre son efectivos.
Junto con un psicoterapeuta, se desarrollan actitudes psicológicas positivas y modelos mentales asociados a la actitud correcta hacia la alimentación. En algunos casos particularmente difíciles, la hipnosis es eficaz, aunque los psicólogos la utilizan muy raramente. Aún así, esta es la esfera de actividad de los psicoterapeutas y psiquiatras, es decir, doctores.