Para muchas personas, el perfeccionismo parece bastante inofensivo. Bueno, solo piense, una persona se esfuerza por alcanzar la perfección, ¿qué hay de malo en eso? Además, la sociedad moderna fomenta el anhelo del ideal. Alrededor de ilustraciones de hermosos interiores, cuerpos perfectos, rostros impecables. Los jefes motivan con la máxima dedicación y la mayor eficiencia.
Sin embargo, rara vez alguien piensa en las consecuencias de tal fenómeno. Después de todo, el ideal no existe, por lo que es imposible lograrlo. Por eso el perfeccionista se encuentra en una trampa mental: trata de atrapar algo que no existe. En última instancia, esto conduce al agotamiento, la neurosis, la depresión, los trastornos de ansiedad e incluso el suicidio.
Los estudios realizados por psicólogos británicos entre estudiantes han demostrado que un número creciente de jóvenes tiene la intención de satisfacer las demandas excesivamente altas de la sociedad.
Hay tres tipos de perfeccionismo.
- Personal. Cuando una persona se exige mucho a sí misma.
- Externo. De esta forma, el perfeccionista es categórico sobre otras personas que, como él lo ve, deben cumplir con ciertos estándares.
- Social. Se caracteriza por la dependencia de las opiniones de los demás. Una persona así cree que la sociedad espera mucho de él y teme no estar a la altura de las expectativas.
Aunque el perfeccionismo puede manifestarse de diferentes formas y con distintos grados de severidad, existen ciertos rasgos que indican su presencia.
Entonces, perfeccionista:
1. Sin darse cuenta, crea muchas reglas para sí mismo y / o quienes lo rodean. Al mismo tiempo, es muy celoso, a veces doloroso por sus seguidores.
2. Teme la retroalimentación negativa. Casi siempre actúa por miedo al fracaso.
3. Ríndete antes de que empiece a actuar. Después de todo, está obsesionado por el miedo a la derrota, el miedo a no poder realizar este negocio a la perfección. Se enfoca en fracasos y fracasos.
4. Casi nunca 100% satisfecho de sí mismo. Siempre siente que podría haberlo hecho mejor.
5. Miedo de no cumplir con las expectativas de alguien. La autoestima y la autoestima dependen de las opiniones de los demás.
6. Evalúa los resultados de sus actividades según el principio polar: todo o nada.
7. Incluso a pesar del éxito exterior, en el fondo de su alma se siente un fracasado, porque menosprecia sus logros.
8. Constantemente duda e interfiere en la toma de decisiones.
9. Toma decisiones, trata de pensar por otras personas, piensa en cómo los demás apreciarán sus acciones.
10. Siempre se compara con los demás.
¿Hay puntos en los que te reconociste? Si hay varios de ellos, entonces eres hasta cierto punto un perfeccionista. Darse cuenta de este es el primer paso muy importante para entenderse a sí mismo.