Si lo desea, puede comprender a cualquier persona, justificar sus acciones y dar la oportunidad de corregir errores. Los adolescentes aún no son adultos, pero ya no son niños pequeños. Los adolescentes necesitan un enfoque especial.
Instrucciones
Paso 1
Puedes entender a un adolescente si te imaginas en su lugar. Recuerda el maximalismo juvenil que tenías en la adolescencia. Te pareció que el mundo gira a tu alrededor y necesitas quitarle todo a la vida. A la edad de 14-16 años, los niños tienen una visión del mundo especial, propia, y usted necesita adaptarse a ella, de lo contrario corre el riesgo de perder la confianza de su hijo. Interésate por sus pasatiempos, la música que le encanta escuchar. Trate de convertirse en su amigo, no en un mentor gruñón, siempre insatisfecho con su vida y la de él. Si gana simpatía, su confianza en sí mismo, entonces será más fácil para usted manejar al adolescente. Sabrás lo que hace en su tiempo libre, lo que piensa, sueña. A menudo, la barrera entre los padres y el adolescente aparece debido a un malentendido, y los padres solo exacerban la relación ya tensa con el adolescente con sus instrucciones y maldiciones. No debes construir un muro de desacuerdo con tus propias manos.
Paso 2
Tenga una charla sincera con su hijo adolescente. Debe haber razones y explicaciones para su comportamiento. Tal vez no lo notes y él quiera llamar tu atención sobre sí mismo, por ejemplo, tiñéndose el cabello de un verde nuclear. Además, el deseo de destacar entre sus compañeros empuja al adolescente a perforarse las orejas, la nariz, los labios o hacerse un tatuaje. El sentimiento de soledad impulsa a un adolescente cuando se une a grupos informales: emo, góticos, etc.
Paso 3
Muy a menudo, los adolescentes no desarrollan relaciones con compañeros de clase o conflictos con niños mayores. Para canalizar la energía de un adolescente en la dirección correcta, inscríbalo en una sección deportiva de judo, kárate o natación. Así que su tiempo libre estará ocupado con un trabajo útil y simplemente no quedará tiempo para los procedimientos en la calle. Y con la debida diligencia y el deseo de conquistar el mundo (como suele ser el caso de los adolescentes), su hijo resultará ser un buen atleta.