Complacer a personas desconocidas y hacer que quieras seguir comunicándote contigo es una habilidad que requiere esfuerzo y no una cuestión de rutina. Por lo tanto, uno no puede suspirar condenadamente al margen, secretamente envidioso de una persona que tiene más éxito en la sociedad, ¡debemos actuar!
¿Dónde empezar?
No sería superfluo dedicarse al autodesarrollo. Una persona versátil siempre encontrará temas comunes para conversar con tantos extraños como sea posible. Una persona con una buena reserva de conocimientos siempre es interesante durante la comunicación. Así que lee más, aprende manualidades, idiomas, experimenta, prueba cosas nuevas y no te quedes quieto.
Vale la pena recordar el autocuidado diario básico. La ropa limpia para el lugar y una actitud benévola no son superfluas, sino la necesidad de la vida en sociedad.
A veces, la timidez banal crea barreras infranqueables para la comunicación. Cambiar su imagen, conocer gente desconocida o hacer ejercicio en un gimnasio puede ayudarlo a tener más confianza en sí mismo.
Capacidad para mantener una conversación.
Esta es quizás una de las habilidades más solicitadas cuando se conocen por primera vez. Para no avergonzarse por las pausas prolongadas, debe recordar un conjunto de temas universales para conversar con personas desconocidas:
- tiempo;
- incidentes y noticias urbanas;
- alimentos, bebidas;
- viajar, viajar;
- mascotas.
Son buenos porque son neutrales, todos tienen algo que decir.
Al mismo tiempo, hay temas que es mejor no tocar, si no se quiere una confrontación abierta y una insatisfacción con el resultado de la pelea. Éstas incluyen:
- conflictos militares y política;
- cuestiones de religión, confesión;
- discusión de nacionalidades.
Tener tacto es la clave para tener una conversación agradable. Por lo tanto, las preguntas sobre estado civil, gastos financieros, salario o enfermedad reciente son inapropiadas.
No debes emitir monólogos sobre tu vida, no importa cuán brillantes y emocionantes te parezcan. Es mejor dejar hablar al interlocutor, sugerir un tema neutral y escucharlo con atención.
No hables de los demás. No se queje de la vida, no describa sus problemas en las pinturas: todos tienen suficientes problemas en la vida como para que aún quieran escuchar algún quejido aburrido. Ser considerado, considerado, positivo, amistoso y natural es suficiente para agradar y dar una buena primera impresión.