La especie biológica de una persona se define como Homo sapiens - Homo sapiens. Esta definición implica la capacidad de cada persona para pensar y ser consciente. Pero esta capacidad depende en gran medida de la edad a la que se encuentre la persona.
Esoteristas, psicólogos y filósofos, que a menudo no están de acuerdo entre sí, han llegado a la opinión general de que el ciclo de vida de una persona, que es en promedio 70 años, se puede dividir en dos etapas principales, y cada una de estas etapas en cinco ciclos, cada uno de los cuales tiene una duración de 7 años. La primera etapa es la edad de 0 a 35 años, se considera ascendente de acuerdo con la condición física de la persona. Esta es la etapa de la juventud, en la que las habilidades físicas y mentales de una persona, su potencial de vida, se revelan gradualmente.
Durante este período, la conciencia de una persona se dirige hacia afuera y las tareas que se propone se asocian, en primer lugar, con sus funciones sociales. Los principales objetivos de una persona durante este período de desarrollo de la conciencia son: educación, crear una familia, encontrar un buen trabajo, construir una carrera, adquirir un estatus social y garantizar el bienestar material. Para lograr estos objetivos se requiere mucho esfuerzo, por lo tanto, durante este período, la conciencia humana es bastante superficial, carece de un replanteamiento interior profundo y fuerte. Hasta los 35 años, una persona acumula principalmente conocimientos, adquiere experiencia de vida, pero hasta ahora los da por sentados, aún no los sistematiza y evita el análisis profundo.
Pasados los 35 años y hasta los 70, si tomamos como criterio la condición física, comienza una etapa descendente. Pero para aquellas personas que saben cómo desarrollar sus habilidades de pensamiento, este es el momento de la autoconciencia, la determinación de los valores de la vida real y su actitud ante lo que sucede a su alrededor. Exteriormente, una persona se vuelve no tan enérgica, el ardor juvenil y la emoción en él se vuelve cada vez menor, pero para una persona pensante esto no es el comienzo de la vejez, sino la llegada de la sabiduría. La vida le da a una persona la oportunidad de dirigir sus energías hacia el desarrollo interior y el replanteamiento. Este es el momento de redescubrir el mundo, mirarlo con una nueva mirada, de ver algo que antes no notaste o no comprendiste.
El comienzo de la segunda etapa está asociado, por regla general, con la llamada "crisis de la mediana edad". Para muchos, esta crisis se convierte en una oportunidad para hacer un balance y comprender el valor real y verdadero de muchas cosas materiales y espirituales. Esta crisis proporciona un ímpetu para el renacimiento interno y el replanteamiento. Durante este período, se lleva a cabo un gran trabajo interno de la conciencia humana, destinado a determinar su lugar en el mundo circundante y reconsiderar su actitud hacia él, para revelar sus potencialidades internas. Este es el período en el que una persona puede obtener un verdadero placer, darse cuenta de su renacimiento y poder apreciar lo intangible que es realmente importante.