Hay muchas definiciones de carisma. Este concepto se origina en la teología cristiana. Las antiguas diosas griegas de la gracia y la gracia se llamaban Harites. Los teólogos consideran el carisma como un don que se le da a una persona desde arriba para cumplir con la tarea de su vida. Este regalo incluye absolutamente todos los talentos y habilidades. En el sentido moderno, el carisma es un conjunto de cualidades por las cuales una persona es capaz de convencer y guiar a los demás.
Este término fue introducido en la sociología clásica por el historiador alemán Max Weber. Las personas que lo rodean pueden determinar el carisma de una persona. Entre las figuras históricas famosas que indudablemente poseen esta cualidad, se pueden nombrar los fundadores de las religiones del mundo: Buda, Moisés y Cristo. Los carismáticos también incluyen a grandes estadistas y líderes militares, por ejemplo, Genghis Khan, Napoleón, Hitler, Lenin, Stalin, Trotsky, Gandhi, Martin Luther King, Castro. Muchas personas famosas de la ciencia y la creatividad tienen un almacén carismático: Pushkin, Einstein, Freud. La propiedad del carisma es indiferente al tipo de actividad, así como al componente moral y ético: tal líder puede ser tanto un criminal como un santo.
Millones de personas aman a esa persona. El carismatismo siempre atrae, en la expresión de alegría, enfado, tristeza. Después de todo, esta es una persona que es percibida por otros como un dios. E incluso si este dios está enojado, entonces hay buenas razones para eso. Cualquiera de sus pasos y hechos están justificados o encuentran alguna explicación. Todo lo que dice o hace se considera importante y necesario.
De hecho, toda persona tiene carisma, solo algunos lo conocen y lo utilizan con destreza, y el resto ni siquiera conocen su existencia. Sobre todo, el carisma es utilizado por personas públicas: políticos, artistas o grandes gerentes. Cualquiera puede desarrollar estas cualidades de liderazgo si lo desea. Si observa de cerca, puede identificar varias habilidades básicas que distinguen a las personas carismáticas.
La primera es la capacidad de reírse de uno mismo. Estas personas admiten fácilmente sus defectos. No tienen miedo de parecer tontos o ridículos. La auto-ironía sincera atrae a los demás. Pero en relación con los extraños, los carismáticos son bastante leales.
La segunda habilidad es demostrar y utilizar correctamente sus méritos. Estas personas desarrollan sus talentos en función de sus propios intereses. Se ocupan de sus asuntos y lo disfrutan.
La tercera cualidad es la capacidad de ser tú mismo, diferente de los demás. No tienen miedo de parecer extraños, siempre tienen su propia opinión, que muy a menudo difiere de la generalmente aceptada.
La cuarta habilidad es ser optimista. Incluso en la situación más desesperada, las personas carismáticas saben cómo beneficiarse. Toman los errores como lecciones. Aprovechan cada oportunidad y no pierden la esperanza hasta el último momento.
Y lo último es la fe en ti mismo. Tales personas, habiendo concebido algo, no dudan ni por un segundo del éxito de este evento. Siempre creen en el éxito y transmiten esta confianza a quienes los rodean.