Cualquier intento de definir el concepto de felicidad parece completamente tonto. Una persona misma comprende perfectamente cuándo está feliz y cuándo no. Sin embargo, la gente está constantemente tratando de encontrar una "fórmula" para la felicidad y comprender lo que todavía se encuentra en su base.
Cuando estás feliz, es posible que los demás no sientan lo mismo. En consecuencia, se relacionan con lo que está sucediendo de manera diferente. Esto sucede porque cada persona tiene su propia actitud subjetiva hacia la felicidad. Una valoración individual de los acontecimientos no puede servir como criterio para este concepto. Es preferible recurrir a la filosofía de la felicidad y comprender sus fundamentos.
En primer lugar, consiste en disfrutar de aquellas cosas que provocan simpatía. Entonces debes evitar o cambiar en la dirección correcta lo que no te gusta. Y, finalmente, hay que aceptar aquellas manifestaciones de la vida que no se pueden evitar ni cambiar. Todo esto hace feliz a una persona.
Quizás a alguien le resultará extraño disfrutar de lo que le gusta. Después de todo, esto es obvio y comprensible. Sin embargo, en realidad, todo resulta no ser así. Muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que, detrás del ajetreo de cada día, no están acostumbradas a disfrutar de las cosas agradables de siempre. Conflictos no resueltos en la familia y en el trabajo, las prisas y el empleo, el impacto de factores ambientales desfavorables empujan a una persona al hecho de que simplemente deja de disfrutar lo que le gusta, porque después de eso, se siente culpable o teme las consecuencias.
El siguiente componente de la felicidad es "escapar" de aquellas cosas que provocan rechazo. Es sencillo. Huye de las circunstancias no deseadas y disfruta de una vida feliz. Pero aquí es donde está el truco. ¿Te gusta tu trabajo? ¿Hay alguien entre las personas que te rodean a quien no te gustaría ver? ¿Disfrutas de la comida que comes todos los días? La lista de estas preguntas puede continuar durante mucho tiempo. Por tanto, es imposible negar la existencia de motivos que te obliguen a involucrarte en cosas indeseables, comunicarte con personas, contactar con objetos que no te gustan. Lo más interesante es que con un gran deseo de ser una persona feliz, él mismo encuentra muchas formas de justificar sus inferencias y comportamientos "callejones sin salida", para no cambiar nada.
Intenta cambiar los aspectos de tu vida en los que experimentas malestar. Por supuesto, esto puede requerir tiempo, dinero y conocimientos. ¿Pero no es esta una oportunidad para ser feliz? No dejes que todo, pero algo cambiará, algunas cosas dejarán de molestarte, se abrirán nuevas oportunidades. Sin embargo, además de la conciencia de aquellas circunstancias y manifestaciones de la vida que no puedes cambiar. Pero mírelos desde diferentes ángulos. Seguramente encontrará que estaba equivocado y no vio el punto. Quizás quieras aceptar algo, pero cambiar algo y sentirte feliz.