El destino es el área de actividad en la que se encuentra nuestra alma. A muchos les parece que su alma no miente a nada, pero esto es un error. Estamos tan acostumbrados a vivir, sin pensar realmente en para qué vivimos, que ni siquiera nos preguntamos qué pasará si empezamos a hacer lo que se supone que debemos hacer. Pero si encuentra su propósito, la vida cambiará drásticamente y se llenará de un significado que ni siquiera conocíamos antes. ¿Cómo lo encuentras?
Instrucciones
Paso 1
Dado que cumplir tu destino siempre es un placer, piensa en qué actividad te encanta hacer. Si existe tal ocupación y puedes hacerlo en beneficio de las personas, este es tu destino. El propósito es siempre lo que se hace por las personas. Por ejemplo, te encanta tejer, pero crees que este lindo pasatiempo no puede convertirse en tu destino de ninguna manera. Estás equivocado: si tejer para personas te da placer e inspiración, entonces este es el destino.
Paso 2
Si no tiene una actividad favorita, intente buscarla en su infancia. Simplemente no se equivoque al pensar que los sueños de su infancia de convertirse en astronautas o en médico son el destino. Tales sueños suelen aparecer en niños bajo la influencia de adultos o amigos y están lejos de su verdadero propósito. Es mejor recordar qué hacías mejor cuando eras pequeño, por qué te elogiaban los adultos, qué ocupación apasionante. Piense en sus materias favoritas en la escuela, donde fue el primero. Tu destino acecha en algún lugar cercano.
Paso 3
Si el propósito sigue oculto tras un velo de secreto, sueña. Simplemente hágalo de acuerdo con las siguientes reglas. Imagina que eres un millonario que está preocupado por cualquier cosa que no sea el dinero durante los próximos cien años. ¿Qué vas a hacer, qué vas a hacer? Imagina que tienes todo en tus manos para cumplir cualquier sueño. Cuando encuentre la respuesta, piense en cómo puede lograrlo con sus recursos reales. Este será tu destino.