"La felicidad está cerca", dicen los optimistas. Los pesimistas prefieren buscarlo a través de los siete mares. O esperar años, puliendo e inventando una imagen de un futuro ideal. Si realmente quieres ser feliz, debes aprender a permitirte ser feliz. Y luego, para alcanzar la felicidad, no tendrás que hacer esfuerzos titánicos.
Instrucciones
Paso 1
Busque la felicidad en el presente. Piense en qué es exactamente lo que le hace feliz en este momento. No piense en el pasado ni espere felicidad en el futuro. Si te convences de que los mejores días han quedado atrás, no notarás los afortunados signos del destino. Y si te convences de que la felicidad te llegará con un nuevo marido, un vestido nuevo o una casa recién construida, te perderás varios años de tu ya feliz vida.
Paso 2
Aprenda a relajarse. Sentirse infeliz a menudo se asocia con una tensión excesiva. No espere fondos para un complejo costoso o tratamientos de spa milagrosos. Estos son solo métodos auxiliares de relajación. Y la capacidad de descansar y relajarse por completo debe cultivarse y desarrollarse en uno mismo para que pueda utilizarse en cualquier circunstancia.
Paso 3
Sueña, pero separa los sueños de la realidad. Permítase imaginar los motivos fabulosos para el desarrollo de su destino. Disfrute del inefable placer del éxito imaginado. Y luego trate de evaluar con sensatez, cuál de sus planes ya puede realizar en su vida. A menudo, incluso los sueños más increíbles resultan bastante alcanzables. Al mismo tiempo, aprende a adaptar tus sueños a la realidad. ¿Quieres un Ferrari, pero solo tienes dinero para un Peugeot? Compra un auto deportivo económico. Está más adaptado a las carreteras rusas y menos exigente en costos de mantenimiento.
Paso 4
Permítete tener éxito y ser feliz. "No soy lo suficientemente bueno para este hombre guapo". "No retiraré este elegante puesto". Pensamientos de este tipo no deberían estar presentes en tu cabeza. Permítete un hombre guapo y un buen trabajo, y ellos mismos te encontrarán. Sí, y estarás listo para aceptar los regalos que te presenta el destino. Y más aún, no renuncies a algo bueno, pensando que no te lo mereces. La vida no le da a las personas que no sean dignas. Apoye los dones del destino.