El orgullo es una cualidad inherente tanto a los hombres fuertes como a los débiles. Para los primeros, es una dulce victoria en la consecución de sus objetivos, y para los segundos, una barrera protectora del mundo exterior.
El orgullo es una cualidad positiva
El orgullo es una cualidad inherente a los hombres reales. Les hace avanzar, conquistar nuevas alturas e implementar sus planes. Este sentimiento mueve a los representantes del sexo más fuerte hacia la autoafirmación y la mejora continua. Un hombre puede estar orgulloso de un trabajo bien remunerado, una vivienda lujosa, una esposa hermosa y todo lo que ha logrado en esta vida. No hay nada de malo en esto, al contrario, personalidades tan fuertes son respetadas por amigos y familiares, son objeto de imitación. Para un hombre de verdad, no hay obstáculos en el camino para lograr sus objetivos, se arrastrará fuera de su piel para que sus seres queridos se sientan protegidos y felices. Un hombre puede estar verdaderamente orgulloso de sí mismo solo cuando sus parientes aprecian sus acciones.
El orgullo adorna a un hombre a los ojos del sexo más débil, lo hace valiente y fuerte, pero hay una pequeña condición: debe estar respaldado por acciones.
El orgullo es una barrera protectora
El orgullo es un sentimiento inherente no solo a los hombres fuertes, sino también a los débiles. Sucede que actúa como una barrera protectora del mundo exterior. Por ejemplo, una persona que tiene miedo de dar el primer paso hacia una nueva vida se esconde detrás del orgullo, tratando de protegerse de posibles problemas. Los hombres demasiado "orgullosos" a veces no se atreven a tomar la iniciativa en sus propias manos, lo que obliga a sus amadas damas a dar sus primeros pasos. A menudo, estas personas están apretujadas en sí mismas, constreñidas y cobardes, simplemente son incapaces de una acción decisiva y el orgullo es una especie de cobertura.
Los hombres débiles suelen ser demasiado orgullosos y se comportan con arrogancia hacia sus seres queridos, por lo que permanecen completamente solos.
Las consecuencias del orgullo excesivo
Un hombre que está irracionalmente orgulloso de sí mismo puede rechazar inconscientemente no solo a los enemigos, sino también a las personas cercanas. Por ejemplo, una chica cariñosa que perdona la arrogancia de su amante durante mucho tiempo puede optar por un candidato más condescendiente. Y tendrá toda la razón, porque llamar a puertas cerradas no tiene sentido. Los jefes, que hacen la vista gorda ante las payasadas incluso de un empleado bueno, pero demasiado orgulloso y con alta autoestima, tarde o temprano le encontrarán una alternativa, porque, como saben, no hay personas insustituibles. Un representante del sexo más fuerte debe sentir claramente la delgada línea entre el orgullo y la arrogancia, de lo contrario corre el riesgo de quedarse completamente solo.