El miedo al envejecimiento aparece en una persona a nivel psicológico y comienza a manifestarse a la edad de 35-40 años. Este es un estado normal, si en el futuro ese miedo no se convierte en fobia.
A lo largo de la vida, las personas piensan en el envejecimiento y, a medida que envejecen, más a menudo surgen estos pensamientos. Si estos son solo recuerdos fugaces de la juventud o una ligera tristeza, entonces no hay nada de malo en eso. Los procesos naturales que ocurren en el cuerpo no deben asustar ni crear tensión interna, en la que aparecen gradualmente pensamientos obsesivos. Todas las personas envejecen, es importante aceptar y tratar de vivir el hoy.
A veces, los pensamientos sobre la vejez se vuelven demasiado intrusivos y una persona gradualmente se convierte en una fobia. La ansiedad por su apariencia, el tratar de verse significativamente más joven y la falta de voluntad para aceptar su edad resultan en cambios de comportamiento que no pueden percibirse como normales.
Además, no olvide que muy a menudo, bajo la influencia de estereotipos impuestos sobre la vida de las personas mayores, enfermedades que no se pueden curar en la vejez, falta de trabajo, dinero, comunicación completa en la vejez, algunos pueden experimentar rechazo. de su propia vejez y un intento de "detener el tiempo". Sobre esta base, con una alta probabilidad, también surgirá miedo o fobia. No necesitas buscar la negatividad que te espera, porque es posible que esto no suceda.
La vida transcurre en el momento presente, no en el "mañana", el envejecimiento humano es inevitable y los miedos que surgen al respecto te privan de una vida plena.
Manifestaciones de gerontofobia
Muy a menudo, las personas que padecen una fobia comienzan a comportarse de manera más agresiva, a menudo se enojan, se ofenden, se enojan sin ninguna razón en particular.
Aquellos que experimentan miedo al envejecimiento en forma de fobias intentan excluir la posibilidad de comunicarse con sus compañeros y personas mayores. Es desagradable para ellos estar cerca de los ancianos e incluso tocarlos provoca una reacción negativa.
Al mismo tiempo, el sentimiento de culpa en relación con sus familiares que se encuentran en la vejez puede aumentar, porque la persona cree que no está mostrando suficiente atención y cuidado. Pero no puede hacer nada al respecto debido a su propio miedo.
La gerontofobia se acompaña de la aparición de enfermedades somáticas y trastornos mentales. Entre ellos:
- hipertensión;
- taquicardia;
- deterioro del cerebro;
- disnea
- pérdida de memoria;
- depresión;
- ataques de pánico.
Las consecuencias del miedo a la vejez
En ausencia de tratamiento, la enfermedad comienza a progresar y se vuelve crónica.
Entre las consecuencias de una fobia no tratada a tiempo, se pueden notar:
- Deterioro de la potencia en los hombres, debilidad masculina, incapacidad para declararse como un hombre de pleno derecho.
- El desarrollo de demencia, que luego se convierte en enfermedad de Alzheimer.
- Comportamiento inapropiado hacia los demás, rudeza, agresión, pérdida de control sobre sus acciones, incapacidad para realizar plenamente su trabajo.
- Inmersión en una realidad ilusoria. Incapacidad para vivir en el mundo real y percibirlo adecuadamente. Una persona que sufre de una fobia comienza a crearse un mundo inexistente y trata de vivir en él, ideando sus propias reglas, leyes e incluso rituales que lo mantendrán joven. En ocasiones, la pasión por la cirugía plástica, el miedo a ganar kilos de más, las dietas interminables y las visitas a los cosmetólogos son también una acción ritual que surge bajo la influencia del miedo al envejecimiento.
Solo un psicoterapeuta o psicólogo puede brindar asistencia en el tratamiento de la gerontofobia, y una apelación oportuna a un especialista seleccionado le permitirá deshacerse del miedo al envejecimiento y vivir una vida ocupada.