La onirología es una ciencia que estudia los sueños. Esta disciplina combina las características de la psicología, la neurociencia y mucho más, pero ni siquiera responde a la pregunta principal: ¿por qué sueña la gente? Aunque no existe una solución convincente, han surgido varias hipótesis interesantes.
Deseos ocultos
Sigmund Freud es el fundador del psicoanálisis, un hombre que, entre otras cosas, fue uno de los primeros en estudiar los sueños. Después de analizar los sueños de cientos de pacientes, pudo desarrollar una teoría a la que muchas personas se adhieren hasta el día de hoy. Dice que los sueños son aspiraciones ocultas y deseos reprimidos de las personas.
Según Freud, las personas sueñan con las cosas que quieren lograr, simbólica o literalmente. El fundador del psicoanálisis, a través del estudio de los sueños, ayudó a los clientes a sacar a la luz las aspiraciones y temores profundamente ocultos que sorprendían a los pacientes. Ni siquiera sospechaban que tales cosas pudieran estar en su subconsciente.
Efecto secundario de la actividad eléctrica del cerebro
El psiquiatra Alan Hobson explica la ocurrencia de los sueños de una manera completamente diferente. Cree que los sueños no tienen una carga semántica. Según él, estos son simplemente el resultado de impulsos eléctricos aleatorios en aquellas partes del cerebro que son responsables de los recuerdos, la percepción y las emociones.
Hobson llamó a su teoría el "modelo sintético de acción". Según él, el cerebro interpreta señales aleatorias, lo que provoca tramas coloridas y no muy. Este "modelo" también explica por qué algunas personas pueden crear obras literarias que son esencialmente "sueños despiertos". Son creados por los autores a través de la interpretación de señales recibidas por el sistema límbico del cerebro.
Envío de memorias a corto plazo para almacenamiento a largo plazo
El psiquiatra Zhang Jie propuso la idea de que el cerebro pasa una cadena de recuerdos a través de sí mismo, independientemente de si el cuerpo está despierto o dormido. Ella llamó a esta idea "la teoría de la activación permanente". Los sueños surgen en el momento en que los recuerdos a corto plazo caen en los departamentos de memoria a largo plazo para su almacenamiento a largo plazo.
Deshacerse de la basura
Según la "teoría del aprendizaje inverso", los sueños ayudan a deshacerse de una cierta cantidad de conexiones y asociaciones innecesarias que se forman en el cerebro durante todo el día. En otras palabras, los sueños pueden servir como un mecanismo para deshacerse de la "basura", de los pensamientos inútiles y no deseados. Esto, a su vez, ayuda a evitar la sobrecarga de una gran cantidad de información que ingresa a la cabeza todos los días.
Sistematización de la información recibida durante la jornada
Esta hipótesis es completamente opuesta a la "teoría del aprendizaje inverso". Dice que los sueños te ayudan a recordar y organizar la información.
Varios otros estudios apoyan esta hipótesis. Sus resultados muestran que una persona puede recordar mejor la información que recibe justo antes de acostarse. Los apologistas de esta teoría creen que los sueños ayudan a una persona a sistematizar y comprender la información adquirida durante el día.
Recientemente se han realizado estudios que han revelado que si una persona se duerme inmediatamente después de algún incidente desagradable, al despertar recordará todos los hechos como si hubieran ocurrido hace unos minutos. Por lo tanto, si una persona tiene un trauma psicosomático, es mejor mantenerlo despierto el mayor tiempo posible. La ausencia de sueños borrará de la memoria momentos desagradables.
Instinto protector modificado, heredado de los animales
Varios científicos han realizado estudios que indican similitudes en el comportamiento entre los humanos en estado de sueño y el comportamiento de los animales que fingen estar "muertos".
El cerebro funciona a la hora de soñar de la misma forma que durante la vigilia, pero con diferencias en la actividad motora del cuerpo. Lo mismo se observa en animales que representan un cadáver para que el depredador no los toque. Esto lleva a la conclusión de que los humanos podrían haber heredado los sueños de ancestros animales lejanos, habiendo cambiado en el proceso de evolución.
Amenaza simulada
Existe una "teoría del instinto de defensa" que encaja bien con la idea del neurólogo y filósofo finlandés Antti Revonusuo. Sugiere que la función de los sueños es necesaria para "ensayar" y elaborar la respuesta del cuerpo a diversas situaciones peligrosas. Una persona que a menudo se encontró con una amenaza en un sueño realizará acciones en la realidad con mucha más confianza, porque la situación ahora le es "familiar". Tal entrenamiento es capaz de influir favorablemente en la supervivencia no solo del individuo humano, sino también de la especie en su conjunto.
Es cierto que la hipótesis tiene un defecto. No puede explicar por qué una persona sueña con sueños positivos que no conllevan amenazas o advertencias.
Solución
Esta hipótesis fue creada por Deirdre Barrett, profesora de la Universidad de Harvard. De alguna manera, es similar a la idea del científico finlandés Antti Revonsuo.
El profesor Barrett cree que los sueños de una persona desempeñan el papel de una especie de teatro, en cuyo escenario se pueden encontrar muchas preguntas y soluciones a algunas dificultades. Al mismo tiempo, el cerebro trabaja mucho más rápido en un sueño, porque es capaz de formar conexiones asociativas más rápidamente.
Deirdre Barrett saca conclusiones similares en base a su investigación, que dio como resultado descubrir que si le pones una tarea específica antes de dormir, después de despertar, la resuelve mucho mejor que otras "experimentales".
Selección natural de pensamientos
La teoría de la resolución de problemas a través del sueño se acerca a la idea de la selección natural de pensamientos, que fue desarrollada por el psicólogo Mark Blencher. Describe los sueños de la siguiente manera: “Un sueño es un flujo de imágenes aleatorias, algunas de las cuales el cerebro selecciona y almacena para su uso posterior. Los sueños se componen de muchos pensamientos, emociones, sentimientos y otras funciones mentales superiores. Algunas de estas funciones se someten a una especie de selección natural y se almacenan en la memoria.
El psicólogo Richard Coates cree que el cerebro simula una variedad de situaciones durante el sueño para seleccionar las respuestas emocionales más adecuadas. Por lo tanto, las personas de la mañana no se preocupan por las historias aterradoras e inquietantes que vieron en sus sueños; el cerebro, por así decirlo, informa que esto es solo un "ensayo".
Suavizar experiencias negativas a través de asociaciones simbólicas
Los defensores de esta teoría creen que el sueño no es un flujo de imágenes aleatorias o una imitación de diversas reacciones emocionales, sino más bien una apariencia de una sesión terapéutica.
Ernest Hartman, uno de los fundadores de la Teoría Moderna de los Sueños, investigador de la naturaleza del sueño y psiquiatra, escribe: “Los sueños de una persona son simples, si está dominado por alguna emoción vívida. Los supervivientes de un trauma suelen soñar con una emoción monosilábica. Por ejemplo, "estaba tumbado en la playa y una ola enorme me arrastró". Si un durmiente se ve perturbado por varias preguntas a la vez, sus sueños serán más difíciles. Cuanto mayor sea la excitación emocional de una persona, más vívidamente verá los sueños ".
Hartman cree que los sueños son un mecanismo evolutivo a través del cual el cerebro mitiga los efectos negativos del trauma. El cerebro los muestra en un sueño, en forma de imágenes y símbolos asociativos.