Todos los días, el rostro humano refleja las emociones experimentadas con la ayuda de más de un centenar de músculos. Y los estados emocionales más repetidos dejan huella en los rostros.
Pliegues transversales profundos en la frente
Este es el resultado del estrés y la tensión constantes. Enojado, preocupado, resolviendo problemas de la vida, una persona arruga involuntariamente la frente. Es absolutamente suave solo en bebés y personas no cargadas de inteligencia. Bueno, y también a las mujeres que han recurrido a la ayuda de la cosmetología moderna.
Arrugas en las comisuras de los ojos
Estos "rayos de felicidad" aparecen cuando una persona sonríe o ríe. Tales patas de gallo en las esquinas de los ojos delatan a una persona de buen corazón. Un hecho interesante: la red de arrugas alrededor de los ojos le da encanto y atractivo a la cara, te hace mantener una mirada interesada en esa cara.
Pliegues nasolabiales
Demasiado pronunciados, le dan al rostro una expresión lúgubre y triste. Si una persona está triste y triste con demasiada frecuencia, esta expresión se vuelve habitual para los músculos faciales y se ve infeliz, incluso si no pensó que estaba molesto en absoluto.
Arrugas en las comisuras de la boca
El gran músculo cigomático de la cara, que levanta las comisuras de los labios, también se llama el músculo de la ironía y la risa. Si una persona se ríe a menudo y con ganas, las comisuras de los labios se elevan a ambos lados y forman pliegues. Y para aquellos con músculos cigomáticos bien desarrollados, aparecen lindos hoyuelos en sus mejillas. Si una persona es propensa a la ironía y el escepticismo, las arrugas alrededor de la boca serán más pronunciadas solo en un lado.
Ranura vertical en el puente de la nariz
Este "guión" es característico de las personas orgullosas y arrogantes. Los médicos modernos creen que tal pliegue se forma si una persona vive en un estado de estrés constante y está acostumbrada a ver la vida como una lucha eterna.
Ley de simetría
Los rostros absolutamente simétricos no existen en la naturaleza: las proporciones de los lados izquierdo y derecho de la cara de cualquier persona están ligeramente alteradas, y esto es normal. Pero si la disparidad se vuelve obvia, esta es una razón para desconfiar. La inconsistencia del trabajo de los músculos faciales delata a una persona poco sincera, acostumbrada a no expresar sentimientos, sino solo a retratarlos.