No es sin razón que un viejo proverbio ruso dice: "Son recibidos por sus ropas, escoltados por sus mentes". Para no quemarse y no arrepentirse, debe recordarlo y presentarse correctamente, para que luego no se avergüence.
No hay ningún secreto en el arte de la autopresentación (es decir, la capacidad de presentarse uno mismo). Solo necesita desarrollar sus cualidades positivas y suavizar las deficiencias. En primer lugar, debe comenzar por elevar su autoestima. Sin él, será bastante difícil comportarse con la debida confianza y presentarse desde el mejor lado. Si la autoestima es inicialmente baja, entonces todos los días debe encontrar pequeñas victorias que haya ganado y elogiarse por ellas. Si haces esto frente a un espejo e incluso con una sonrisa, el efecto solo aumentará.
A la hora de presentarte, la regla principal que te permitirá no quemarte después es no fingir ser alguien que no eres. Tarde o temprano, otras personas entenderán todo de todos modos y tendrás que lidiar con las consecuencias.
La marcha juega un papel importante en el terreno de juego. De acuerdo, una persona que levantó la cabeza con orgullo con la postura correcta emana un orden de magnitud más de confianza que una persona encorvada y que se mueve rígidamente. Si eres hombre, la mejor opción sería un paso moderadamente rápido, seguro y claro, si la mujer es elegante y suave. Una persona segura debe tener una mirada segura. Al hablar, debe mirar directamente al interlocutor, sin perforarlo con los ojos durante toda la conversación. Cabe destacar los "triángulos" pequeños y grandes: ojos y mentón, ojos y la zona justo debajo del cuello. Es mejor alternar las direcciones de la mirada: primero hacia un "triángulo", luego hacia otro, luego 5 segundos hacia un lado, luego hacia uno nuevo. Si eres hombre, y tu interlocutor es una mujer con la que no tienes una relación cercana o amistad, no debes mantener la mirada en el escote más de unos segundos.
En algunas culturas (por ejemplo, los países del Lejano Oriente), por el contrario, no vale la pena mirar a los ojos al interlocutor; esto puede considerarse una agresión. Esto debe tenerse en cuenta al tratar con extranjeros.
Los gestos también importan. Estar limitado no es una buena idea. Pero gesticular como un molino de viento claramente no vale la pena. No es necesario que se meta las manos en los bolsillos (excepto cuando hace frío), además de mirar su reloj. Los gestos suaves y moderados con las manos en dirección al interlocutor le permitirán saber que conoce el tema del que está hablando. El vestuario también importa. Si necesita presentarse correctamente en una reunión de negocios, debe prestar especial atención a esto. Moderación, pulcritud, la ausencia de colores inadecuados de camisetas que sobresalen de debajo de la ropa exterior. Si eres mujer, no debes ser vulgar (puede haber excepciones si quieres impresionar específicamente a un hombre). Pero la regla principal suena simple y clara: sé tú mismo. Con un sinfín de intentos de adaptarse primero a un entorno, luego a otro, por poco tiempo y perderse. No debe seguir la opinión de otra persona, es mejor tener la suya propia. No debe cambiar su personalidad por patrones que se le imponen. Trabaja en ti mismo sin cambiarte.