Todo lo que una persona hace en la vida debe tener algún propósito, de lo contrario no tendrá sentido hacerlo. A veces este objetivo está muy cerca, es visible e incluso tangible. En tales casos, el deseo de lograr lo que desea aumenta varias veces.
En muchos casos, para lograr un objetivo, es necesario trabajar mucho y duro, hacer esfuerzos para lograr lo que desea. Pero solo sabiendo por qué se necesitan estos esfuerzos, una persona avanzará y logrará resultados.
Motivación inicial
Para conseguir lo que quieren y lograr lo que quieren, las personas a menudo están dispuestas a hacer mucho, a invertir dinero y sus propios esfuerzos. Especialmente a menudo, ese deseo de obtener lo que desea se manifiesta desde el principio, cuando la motivación está en el nivel más alto. Si el objetivo no es fácil, llevará algún tiempo lograrlo, la motivación comienza a declinar. La mayoría de las veces esto sucede cuando no hay logros intermedios para lograr el objetivo.
Por ejemplo, al fijarse una meta para perder peso, una mujer determina cuánto peso quiere perder. Pero los kilogramos caídos en el camino hacia la meta son resultados intermedios. Incluso el kilogramo perdido por semana te motivará a no rendirte y no detenerte ahí, sino continuar el proceso que has comenzado. Cuando no hay tales “pequeñas victorias” antes de alcanzar la meta, cada vez es más difícil motivarse.
Visualización de destino
Para que el nivel de motivación permanezca alto el mayor tiempo posible, el objetivo debe poder formularse correctamente. Debe ser detallado, específico, con muchos detalles y una fecha de finalización de logro. Es mejor si está escrito en un cuaderno o en una hoja de papel, y mejor aún si el objetivo es en forma de imagen. Encontrar la imagen que desea es fácil. Si lo imprime y lo cuelga en un lugar visible, por ejemplo, en el refrigerador, su mirada registrará por qué se esfuerza una persona varias veces al día.
El subconsciente humano es un gran proceso, pero no completamente entendido. Pero el hecho es que si visualizas constantemente tu objetivo, el cerebro a nivel subconsciente buscará opciones para lograr lo que quiere.
En el ajetreo y el bullicio de los días de semana, una persona a veces, al hacer una rutina, pierde de vista lo principal, aquello por lo que se esfuerza. Una meta claramente formulada y la contemplación diaria de la misma ayuda a concentrarse en lo que se necesita hacer para alcanzar la meta lo más rápido posible. Si el objetivo es una compra grande, puede colocar una imagen de lo que desea en su billetera o bolso. Cada vez que vaya a gastar dinero extra, la mirada se posará en el sueño, en lo deseado, y sonará en mi cabeza la pregunta de si realmente es necesario gastar esta cantidad ahora.
Un objetivo correctamente formulado ayuda a mantener el nivel de motivación para lograrlo alto y poderoso. Y cuando vaya a detenerse y darse por vencido, debe recordar cuánto se ha hecho ya para lograr el objetivo. Y luego la motivación volverá a dar fuerza.