¿Cómo puedes darle una crítica constructiva a tu jefe para que la acepte?
Una vez fui testigo de un diálogo muy inusual entre un jefe y su subordinado. Lo inusual fue que no fue el jefe quien regañó a su empleado, sino, por el contrario, el subordinado: el jefe. Si entraban extraños en la habitación, indudablemente tomarían a otra persona como jefe. Al mismo tiempo, el diálogo no se desarrolló en voz alta. Solo uno le mostró razonablemente al otro sus errores y sugirió formas de resolver situaciones problemáticas.
Probablemente pensaba que el jefe era de carácter débil y no disfrutaba de un respeto especial en el equipo, si le permitía hablarle así. Y en vano. La situación era todo lo contrario: nuestro jefe era un líder en todos los sentidos de la palabra.
Después de esta situación, me pregunté, ¿qué le permitió a nuestro empleado comportarse de esta manera y sentirse bien al mismo tiempo? Sería lógico asumir que este empleado pudo invertir en este diálogo algo que le permitió neutralizar las consecuencias negativas de la situación de crítica al jefe, lo que sería natural en tal situación.
Propongo clasificar estos matices juntos y, si es necesario, utilizar nuestras observaciones en la vida. Para hacer esto, inmediatamente convertiremos nuestras observaciones en consejos prácticos:
Lo primero que llamó la atención en esta situación fue la actitud respetuosa del subordinado hacia el jefe. Puede señalar un error con respeto, o puede ponerse arrogantemente en la posición de un maestro.
Entonces, la primera regla de la crítica constructiva al jefe es: "Comuníquese con respeto".
Los indicios de errores no solo fueron respetuosos, sino que además contenían en sí mismos elogios. Es difícil imaginarlo de inmediato, pero se escucharon las siguientes frases: "No pudiste lograr … aunque muy pocas personas excepto tú pudieron hacerlo y prepararse en estas condiciones …".
Por lo tanto, la segunda regla: "Incluso en las críticas, muestre la contribución única del jefe para resolver esta situación".
La crítica fue seguida inmediatamente por sugerencias claras sobre cómo remediar la situación. Y estos no eran solo indicios de lo que tenía que hacer el jefe, sino, en mayor medida, indicios de lo que podían hacer este empleado y sus compañeros.
Por lo tanto, la tercera regla: "Ofrezca de inmediato formas constructivas de resolver controversias".
Como resultado de la implementación de todas las ideas, se dibujó una imagen que era deseable para el jefe y el equipo en general, a saber, la prosperidad del departamento.
Y al final, la cuarta regla será: "Muestre la imagen deseada para el jefe y su equipo de la prosperidad de su negocio".