La tristeza, la tristeza causada por circunstancias difíciles de la vida pueden visitarlo de vez en cuando. Tales condiciones no requieren un tratamiento especial. Uno solo tiene que reconsiderar su actitud ante la vida, elegir la estrategia correcta de comportamiento, y los problemas pueden desaparecer, llevándose las emociones negativas con ellos. A diferencia del estrés habitual y los problemas menores de la vida, la depresión no desaparecerá con el tiempo sin la ayuda de un especialista. Por eso, es importante diagnosticarlo en una etapa temprana y tomar las medidas necesarias.
Los primeros signos de depresión
Una pérdida total de interés en la vida, la falta de voluntad para levantarse por la mañana puede significar que una persona tiene depresión. Un individuo así, con gran disgusto, se pone a trabajar, hace cosas ordinarias a la fuerza y simplemente cae en un estupor y no hace nada.
Entre los signos fisiológicos de la enfermedad, deben tenerse en cuenta las alteraciones del sueño y el apetito. Además, tanto en una como en otra dirección. Una persona puede sufrir de insomnio, o viceversa, sentirse somnolienta todo el tiempo. A veces, un individuo en depresión no come casi nada y se olvida de la necesidad de comer, no siente hambre y, en otros casos, come demasiado y con frecuencia, como si algo se atascara en su interior.
Incluso si una persona anteriormente llevaba un estilo de vida activo, con el inicio de la depresión viene la apatía física. Los movimientos del individuo se vuelven lentos y pausados. En general, una persona intenta moverse lo menos posible.
En el trabajo y en la escuela surgen los primeros problemas. Después de todo, una persona, incluso muy exitosa, de aprendizaje rápido y de ingenio rápido, en un estado de depresión, se vuelve difícil concentrarse en algo y realizar acciones simples y habituales. La memoria y la capacidad de pensar de forma coherente y lógica se deterioran.
Un individuo que se deprime trata de permanecer solo y entregarse a sus pensamientos sombríos. A diferencia del blues habitual, en tal estado, ni los cambios en la vida, ni los paseos, ni los amigos ayudarán. Más precisamente, tal vez ayudarían. Pero el individuo no ve ningún significado en ellos y permanece en el mismo estado.
Una persona deprimida no tiene el deseo ni la fuerza para cambiar de alguna manera su vida. No ve el sentido de hacer movimientos corporales innecesarios. El mundo que lo rodea no le interesa. La comunicación con los demás se convierte en una carga.
Depresión en etapa avanzada
Con el tiempo, el estado depresivo empeora. Una persona deja de cuidarse a sí misma, no controla su propia apariencia. El descuido de los productos de higiene y al menos algún tipo de cultura alimentaria son signos de depresión en una etapa posterior.
El individuo se vuelve débil de voluntad. Es indiferente a lo que sucede a su alrededor, incluso si los eventos afectan directamente su vida. Una persona no tiene deseos, incentivos, motivos. Está medio vivo y parece estar en un sueño.
Si al comienzo de este estado una persona pudiera tener pensamientos sobre cómo deshacerse de la depresión, más tarde la mente del individuo deja de resistir la enfermedad. Empiezan a aparecer pensamientos suicidas. En tal condición, simplemente se necesita la ayuda de un especialista, un psicólogo o psiquiatra.