Mucha gente habla del peligro de situaciones estresantes, pero el estrés es un estado natural del cuerpo, no representa una amenaza. Los problemas surgen cuando una persona está constantemente bajo estrés y nunca se relaja. Como resultado, la tensión nerviosa se acumula y se convierte en una amenaza para la salud física y psicológica de una persona.
Instrucciones
Paso 1
Enciérrate en la habitación. Nada debería molestarte ahora. Ponte ropa cómoda, extiende una manta en el suelo, coloca una almohada pequeña y acuéstate boca arriba. Separe ligeramente las piernas, coloque las manos a lo largo del torso con las palmas hacia arriba.
Paso 2
Cierra los ojos y comienza a relajarte mentalmente. Piense en cada parte de su cuerpo, dígase a sí mismo que su mano derecha está relajada, luego diga lo mismo acerca de la izquierda. Preste atención a cada dedo, codo y muñeca. Haz lo mismo con las piernas, la espalda y el cuello. Por lo tanto, sentirá pesadez en todo el cuerpo y sentirá cuán apretado está contra el piso.
Paso 3
Repite todo una vez más, pero ahora imagina que una corriente de aire pesado te presiona, que no te permitirá levantarte aunque quieras. Este flujo debe sentirse de manera uniforme en todo el cuerpo.
Paso 4
Luego repita el procedimiento de relajación nuevamente, pero ahora sienta el calor. Repítete que tus manos, pies y todo el cuerpo están calientes.
Paso 5
Imagina que estás en un bosque o junto al mar. Dígase a sí mismo que está tranquilo y relajado. Acuéstate así por un rato, pero no te duermas. No debes tener pensamientos, debes permanecer consciente.
Paso 6
Después de eso, comienza a regresar a la realidad. Repítete que tu cuerpo está lleno de energía y vitalidad. Acuéstese un rato con los ojos cerrados, luego levántese lentamente.