Una persona crea una familia y construye relaciones familiares porque necesita una comunicación íntima, emocionalmente positiva y confidencial. Se asume que ambos socios se esforzarán por el entendimiento mutuo, la simpatía y la compasión el uno por el otro. Tal relación se basa en un deseo mutuo de penetrar en el complejo mundo mental de su pareja y estar en resonancia con él, en la misma onda psicológica. Si esto sucede, esa familia resistirá todas las tormentas y las dificultades de la vida.
Instrucciones
Paso 1
Cree un ambiente cálido y de confianza en su familia. Para hacer esto, debe estar genuinamente interesado en los asuntos y pasatiempos de su cónyuge. En una familia donde existe la tradición de compartir y escucharse, el esposo y la esposa sienten consuelo psicológico. Este apoyo mutuo es la base de las relaciones familiares.
Paso 2
Estén atentos los unos a los otros. Quién más sino usted, una persona que conoce lo suficiente a su cónyuge, puede darse cuenta de que ha tenido problemas de los que no quiere hablar, simplemente para no molestarlo o molestarlo. Pero esto no debe ser, ante todo, no su propia tranquilidad, sino la superación conjunta y resolución de dificultades y problemas, deben ser comunes.
Paso 3
Estudia a tu pareja, debes saber qué le gusta, qué le molesta. Aquí no hay tonterías: cuanto más lo conozca, más fácil será para usted tener en cuenta todos los matices en la comunicación, mejor conocerá todos los incentivos para sus acciones y los predecirá.
Paso 4
Siéntase libre de mostrar sus sentimientos por su cónyuge. Esto es especialmente cierto para los hombres menos emocionales. No olvide que las necesidades emocionales y psicológicas de una mujer aumentan, por lo que siempre debe sentirse amada. La satisfacción de la necesidad del amor permite superar aquellas dificultades habitacionales y materiales que puedan surgir, sobre todo en las primeras etapas de la vida en común, y son ellas quienes son el motivo de la disolución de muchos matrimonios.