A muchas personas les resulta difícil declararse culpables. Tienen miedo de parecer estúpidos, no pueden pasar por alto su orgullo o tienen miedo de la reacción de la persona ofendida por ellos. De hecho, la capacidad de admitir la propia culpa es una gran virtud y vale la pena aprender sobre ella.
Sé fuerte
Si te has dado cuenta de tu culpa, entonces no debería ser difícil para ti expresar sinceramente tu pesar. Sin embargo, la mayoría de las personas todavía tienen dificultades. Debe entenderse que admitir la culpa es fortaleza, no debilidad. Y no se requieren habilidades especiales para esto, lo principal es ser honesto contigo mismo y con los demás. Es otro asunto si no admite su culpa, pero necesita mantener una buena relación. En este caso, se disculpa para recuperar el cariño de la persona. Puede considerar estas situaciones con más detalle.
En primer lugar, evalúe la magnitud del daño, moral o físico, que causó a otra persona o grupo de personas. Esto determinará la forma en que presentará su disculpa. Una ofensa menor puede ser arrepentimiento por escrito o por teléfono. Pero para situaciones más graves, estos métodos no son adecuados, porque te hacen parecer un cobarde. Trate siempre de pedir perdón en persona.
Admitir la culpa a menudo no es suficiente, la persona herida quiere ver en ti el deseo de corregir los errores. Incluso si solucionarlos parece demasiado difícil para usted, debe expresar su intención de intentar hacerlo. Muy a menudo, las personas se ofenden unas a otras debido a diferentes percepciones de las mismas cosas. Si nota alguna de estas diferencias en otra persona, tómela en cuenta y trate de seguir siendo más cortés.
Como comportarse
Algunas personas simplemente no saben con qué palabras admitir su culpa. Tienen miedo de ser vistos como estúpidos, de parecer débiles o graciosos. Si eres una de esas personas, piensa en tus palabras del día anterior. No tienes que imaginarte a ti mismo como actor haciendo ciertas cosas en determinados momentos. La postura y los gestos de su cuerpo no son importantes; el contenido es importante. Trate de transmitir la profundidad de su remordimiento en sus palabras. Evita poner excusas, son molestas. Tenga la fuerza para asumir la responsabilidad de lo que ha hecho.
Hablando en sentido figurado, gatear de rodillas también es una mala técnica que puede hacer que una persona se enoje aún más. Exprese su voluntad de trabajar en la situación con un tono firme y confiado, sin contrición. Dime lo que has aprendido. Tal redacción inspira confianza. Intente respaldar sus palabras con acciones apropiadas lo antes posible. Si, en principio, nada se puede arreglar, espere solo la decisión de la persona de perdonarlo. Tampoco vale la pena humillarse en este caso.
Después de admitir su culpa, asegúrese de agradecerle a la persona. Incluso si aún no te ha perdonado o no lo hará, pasó su tiempo contigo y te escuchó. Demuestre que aceptará respetuosamente cualquier decisión. No se imponga a una persona si le resulta difícil tomar una decisión. Un resentimiento agudo interfiere significativamente con la reflexión objetiva sobre el problema, lleva un poco de tiempo.