El número de personas diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer aumenta cada año. Dependiendo de las características individuales, de las condiciones de vida y del acceso oportuno a un médico, esta enfermedad se desarrolla a diferentes ritmos. Sin embargo, desafortunadamente, invariablemente conduce a graves daños y la muerte. ¿Quién está en riesgo?
Los expertos médicos dicen que las mujeres son más susceptibles al desarrollo de una condición patológica en la vejez. Quizás esto se deba a algunas características de la psique femenina. Se ha comprobado que las personas que han enfrentado un estado depresivo durante su vida, con problemas en el ámbito emocional, tienen más probabilidades de enfermarse con este trastorno degenerativo.
Están en riesgo las personas de 60 a 65 años. Muy a menudo, es durante este período cuando la enfermedad comienza a expresar claramente sus síntomas. Sin embargo, se observa que los signos de la enfermedad de Alzheimer pueden aparecer a una edad más temprana, aproximadamente a los 40 años. Si una persona se enferma después de 80 años, esta forma de patología se caracteriza por un desarrollo rápido y prácticamente no se presta a ninguna corrección.
La aparición y desarrollo de una condición tan dolorosa está influenciada por algunas enfermedades fisiológicas, especialmente si no han sido tratadas de ninguna manera durante su vida. El grupo de riesgo incluye personas con problemas del sistema cardiovascular, por ejemplo, con tendencia a la hipertensión o con diagnóstico de aterosclerosis. Cualquier patología somática presente en la historia de una persona y que afecte el estado y funcionamiento del cerebro puede afectar la formación de la enfermedad de Alzheimer.
En la inmensa mayoría de los casos, esta patología afecta a personas para las que el trabajo mental durante su vida no fue lo primero. Esta desviación es muy típica de personas con poca educación. Al mismo tiempo, si una persona en la vejez excluye deliberadamente varias cargas en el cerebro: deja de leer libros, resuelve crucigramas, se niega a adquirir nuevas habilidades, deja de contar mentalmente, etc., entonces ese estilo de vida causa gradualmente una "atrofia" condicional del cerebro y puede provocar síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
La herencia y las características genéticas juegan un papel importante en el desarrollo de la afección. Las personas cuyos familiares fueron diagnosticados previamente con un diagnóstico similar están automáticamente en riesgo. Además, los médicos señalan que las mutaciones que afectan a algunos genes pueden conducir a la formación de la enfermedad de Alzheimer.
Si una persona ha experimentado algún deterioro cognitivo a lo largo de su vida, esto la pone en riesgo de desarrollar un trastorno degenerativo en la vejez. En primer lugar, se trata de problemas con la memoria, con la formación de pensamientos, que pueden surgir por diversas causas, que van desde las características individuales hasta terminar con una dieta inadecuada o la toma de medicamentos.
Otras razones por las que una persona puede estar en riesgo
- Entre las enfermedades que crean un terreno fértil para la enfermedad de Alzheimer se encuentran los trastornos de la tiroides, los problemas hormonales y la diabetes mellitus. Las personas con sobrepeso también están en riesgo.
- El tabaquismo, el uso de sustancias psicotrópicas, la ingesta irregular de drogas que afectan las células cerebrales, la adicción al alcohol son factores que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
- Lesión cerebral traumática.
- Situación ecológica desfavorable. El contacto constante con venenos y toxinas, por ejemplo, debido a condiciones de vida desafortunadas o en el contexto de un trabajo "nocivo", puede provocar enfermedades. En particular, el contacto con aluminio y mercurio es especialmente peligroso.
- Con un diagnóstico como el síndrome de Down, el riesgo de enfermedad de Alzheimer aumenta muchas veces. Además, generalmente en estas personas, la enfermedad ya se diagnostica a la edad de 35-45 años.
- Las personas con agitaciones, delirios, trastornos de ansiedad están en riesgo.