En el proceso de autoconocimiento, una persona se forma una opinión sobre sí misma: sus habilidades y capacidades. Una persona determina sus principios morales y cualidades psicológicas, así como su lugar en la sociedad. Como resultado, se desarrolla una autoestima adecuada, subestimada o sobreestimada, sobre la base de la cual existe la interacción y la adopción de decisiones responsables en la vida.
Autoestima adecuada
Cuando una persona está en armonía consigo misma y con el mundo que le rodea, desarrolla la autoestima correcta. Se esfuerza por ser objetivo con él mismo, las personas cercanas y los conocidos: entiende que cada persona tiene sus propias ventajas y desventajas, las nota, pero no se centra en las cualidades negativas.
Una persona se acepta a sí misma y a los demás tal como es y actúa sobre la base de los datos objetivos disponibles. Una persona así evalúa sobriamente sus habilidades y busca realizarse plenamente como persona. Está tranquilo con los fracasos, las opiniones de otras personas y no espera ayuda de los demás.
Una persona con una adecuada autoestima confía en sí misma, es activa y mira la vida con optimismo.
Baja autoestima
Si una persona tiene baja autoestima, se comporta con timidez e inseguridad. Tomó una decisión por sí mismo que de muchas maneras pierde ante los demás y no puede cambiar nada. Como resultado del complejo de inferioridad existente, hay una falta de metas y logros elevados.
La persona se esfuerza por ser invisible, fácilmente vulnerable y constantemente pide consejo. Depende de la opinión de otra persona, su falta de iniciativa y su carácter débil.
La excesiva inseguridad y autocrítica surge como consecuencia de una educación inadecuada, lo que implica sobreprotección o una actitud autoritaria. Como resultado, se forma un modelo de comportamiento de perdedor: en la mente se niega la posibilidad de éxito y se realiza una búsqueda de los culpables de sus juicios.
Las personas con baja autoestima son incapaces de realizar sus habilidades naturales.
Aumento de la autoestima
Las personas con alta autoestima idealizan su propia imagen y crean su propia imagen de una persona impecable en su imaginación. La alta autoestima implica comparar las habilidades de una persona con los logros de los demás. Al mismo tiempo, al notar los errores y las deficiencias de otras personas, constantemente recopilan pruebas de su exclusividad.
Estas personas no quieren darse cuenta de sus errores, falta de competencia y comportamiento incorrecto. Están convencidos de su superioridad, rectitud y se comportan seguros de sí mismos y, a veces, desafiantes.
Las personas con alta autoestima son ambiciosas y dominantes, no aceptan rechazos y objeciones. Debido a su perseverancia y determinación, a menudo logran mejores resultados de los que sus habilidades les permiten.
La autoestima sobreestimada surge en personas que fueron criadas como ídolos de la familia: desde la infancia fueron exaltadas por encima de todos, admirados cualquier logro insignificante.
Las personas seguras de sí mismas se esfuerzan por involucrar a todos los que les rodean en la realización de sus objetivos, creen que todos les deben algo.