Los psicólogos identifican varias crisis de edad durante la vida de cada persona. Todos ellos significan una transición a una nueva etapa de la vida y una conciencia diferente de uno mismo y de sus capacidades. En cada crisis de edad, hay una reevaluación de valores que antes eran significativos. Los más conscientes y decisivos ocurren durante la adolescencia y la edad adulta.
Instrucciones
Paso 1
La adolescencia es un período especial. Se le llama rebelde. En este momento, el niño se da cuenta de su edad adulta y se da cuenta de que tiene mayores oportunidades que antes. Lo más importante y decisivo es darse cuenta de que ahora el propio adolescente es capaz de tomar decisiones. Y estas decisiones pueden diferir de las opiniones de los adultos. Los valores que fueron impuestos por los padres y otras personas se someten a una rigurosa selección y replanteamiento. Esto es lo que conduce a un comportamiento desenfrenado e incontrolable. Los adolescentes intentan crear su propio sistema de valores, que a veces se vuelve directamente opuesto al aceptado en la sociedad.
Paso 2
La crisis de los 30 años es un período más significativo y serio en la formación de un individuo. En este momento, hay una conciencia de la vida y un cambio de ideas al respecto. Esta es una transición de la juventud a la edad adulta, de una época de sueños a una comprensión de la vida cotidiana y mundana. La conciencia de la realidad y la correlación de las propias capacidades se convierte en la principal adquisición de esta era. Hay un cambio de personalidad y valoración de los logros. A menudo, los jóvenes se dan cuenta de que se retrasaron en la infancia y han alcanzado muy poco a esta edad. Se vuelven significativos los valores generalmente aceptados: familia, personas cercanas, carrera exitosa, etc. Se inicia la búsqueda del verdadero sentido de la vida.
Paso 3
A la edad de 40-45 años, una persona logra cierto éxito: en una carrera, en una familia, un cierto estatus en la sociedad. Y en este momento hay una comparación de lo deseado con lo que al final llegó. Los resultados obtenidos no siempre son satisfactorios. Y en este caso, algunas personas optan por un cambio radical en su camino de vida. Las primeras llagas relacionadas con la edad empujan a pensar en la fugacidad de la vida. Y luego hay una selección de valores. Se destacan los más significativos. Las personas de cuarenta años han estudiado bastante bien esta vida y tienen una idea clara de sí mismos y de sus capacidades. Los valores del mundo exterior se desvanecen en un segundo plano, los valores espirituales comienzan a adquirir una importancia primordial. A los cuarenta, hay algo que contarle a la generación joven.
Paso 4
La edad de 55 a 60 años trae otra crisis. Durante este período, hay una conciencia global de toda su vida. Este es un intento de regresar mentalmente a todos los rincones íntimos de su pasado y sacar experiencia de él. Este es el momento en que una persona adquiere sabiduría y está lista para compartirla. A esta edad, los principales valores se convierten en: amor, empatía, cuidado, evitación del sufrimiento y el dolor.